La princesa Ingrid Alexandra de Noruega ya no es aquella jovencita que, sonriente y despreocupada, se dejaba agasajar en la fiesta de palacio organizada por su 18 cumpleaños. Ese día fue maravilloso: se estrenó luciendo una tiara histórica y paseó orgullosa del brazo de su padre, el príncipe Haakon. Todo estaba bien.

Pero desde entonces han pasado muchas cosas, demasiadas quizás, que han acabado pesando en su ánimo y hasta en su físico. Ahora, a los 21 años, Ingrid se muestra más seria, madura y preocupada. Y además teniendo que asumir importantes retos de ahora en adelante.

Ingrid Alexandra de Noruega posa con tiara por primera vez por su 18 cumpleaños

La princesa Ingrid Alexandra de Noruega, en un retrato oficial por su 18 cumpleaños.

Casa Real de Noruega.

Todo ello coincide, además, con su despegue como princesa tras cumplir con el ejército. La hija de Haakon y Mette-Marit ha reaparecido asistiendo, por primera vez, a una visita de Estado, en concreto, para recibir a la presidenta de Islandia. Un nuevo escenario para ella avanzando en su papel institucional.

En los actos programados, Ingrid Alexandra se ha mostrado perfecta y siempre al lado de su madre, aprendiendo a moverse dentro del protocolo y la diplomacia de la mano de sus mayores. Curiosamente, madre e hija optaron por llevar diademas en la ceremonia de bienvenida a la mandataria islandesa.

La princesa Ingrid, con look blanco y diadema

La princesa Ingrid, con look blanco y diadema para recibir a la presidenta de Islandia.

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Sin embargo, desde esa princesita feliz hasta la de licenciada del ejército, ha pasado todo un mundo. Un cambio que también se refleja en su físico.

Muchos factores han influido en esta evolución, pero sobre todo tienen que ver con cosas externas a ella. A nadie se le escapa que el último año ha sido especialmente complicado para la Familia Real de Noruega.

La princesa Ingrid de Noruega, tras licenciarse en el ejército

La princesa Ingrid de Noruega, tras licenciarse en el ejército.

Kongehuset.

Los problemas de salud en muchos de sus miembros han alterado de manera importante tanto la agenda oficial como la tranquilidad en su hogar. Sus abuelos, los reyes Harald y Sonia, van camino de los 90 años y ambos han sido intervenidos del corazón; y también su madre, la princesa Mette-Marit, ha sido fuente de preocupación. 

El empeoramiento de la enfermedad de la princesa Mette-Marit

Hace poco la Casa Real noruega confirmaba el empeoramiento de la fibrosis pulmonar que padece Mette-Marit, diagnosticada en 2018, lo que ocasiona que deba guardar reposo y ausentarse de la vida pública. El anuncio ha sido un jarro de agua fría.

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Haakon y Mette-Marit de Noruega con sus dos hijos, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, y su perro.

Kongehuset.

Lógicamente, Ingrid mira con preocupación la debilidad de su madre, aunque esta trate de sacar fuerzas de flaqueza y cumplir con su papel lo más que puede. De puertas para dentro de su casa, donde no hace falta guardar la compostura, seguramente se vive otra realidad y más desde que otro grave acontecimiento ha dinamitado la paz familiar.

Marius Borg: el problemático hermano mayor de la princesa Ingrid Alexandra

Nos referimos a Marius Borg. El hermano mayor de Ingrid, nacido fruto de una relación de juventud de Mette-Marit, ha protagonizado titulares en todo el mundo a raíz de su detención, en agosto de 2024, tras ser acusado de agredir "física y verbalmente" a la que era su novia.

Marius Borg Høiby junto a la princesa Mette-Marit y Haakon de Noruega

Marius Borg Høiby junto a la princesa Mette-Marit y Haakon de Noruega.

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Una semana después, él mismo confesaba en un comunicado que padecía problemas mentales y que desde la adolescencia lidiaba con la adicción a las drogas y al alcohol. Y además admitía los hechos que se le achacaban. 

A partir de ese momento han comenzado a salir más mujeres que se han atrevido a denunciar a Marius por violación. El joven llegó a cumplir unas semanas de prisión preventiva, a ingresar en un centro de rehabilitación en Londres y a escaparse del mismo. Marius Borg sigue a la espera de juicio.

Mette-Marit y su hijo mayor, Marius Borg

Mette-Marit y su hijo mayor, Marius Borg

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Todo esto ha afectado terriblemente al estado de Mette-Marit, quien en una entrevista la pasada Navidad manifestó: “Si tuviera que elegir una palabra para este año, creo que debe ser exigente. Ha sido muy muy duro para nosotros y para todos”. Y por extensión a sus otros hijos, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus.

 

Marius Borg Høiby durante un acto

Marius Borg no faltó a la fiesta del 18 cumpleaños de su hermana 

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El golpe a la reputación de la Familia Real, por mucho que Marius no pertenezca a ella de manera oficial, ha sido contundente. Marius es el hijo de la futura reina consorte y el hermano de la destinada a llevar la corona de su país.

El corazón roto de la princesa Ingrid: un noviazgo roto por la distancia

Si miramos el lado más personal de la princesa Ingrid, la situación tampoco mejora. Y es que este año la joven también ha tenido que afrontar una ruptura amorosa. En junio de 2024 trascendió que Ingrid había terminado con Magnus Heien Haugstad, un joven noruego cuatro años mayor que ella, hijo de un prestigioso abogado noruego.

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La Familia Real de Noruega, en la fiesta del 50 cumpleaños de los príncipes Haakon y Mette-Marit (Casa Real Noruega).

Kongehuset.

El joven llegó a estar invitado en su fiesta de gala de la mayoría de edad de la princesa Ingrid. Si bien entonces casi pasó inadvertido al no posar junto a ella y se pensó que era un amigo.

Tan serio era lo suyo que ambos llegaron a convivir en el apartamento de estudiante de Ingrid, en Oslo.

La ruptura tuvo su origen en la distancia. Y es que Magnus se marchó a estudiar a Reino Unido para cursar Administración de la Universidad de Lancaster. La pareja no pudo superar la prueba de la separación y su relación se acabó.

ingrid alexandra de noruega

La princesa Ingrid tiene cada vez más presencia pública.

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La princesa Ingrid Alexandra tiró hacia adelante y volvió a casa de sus padres, la residencia de Skaugum. La princesa se ha negado a dar explicaciones al respecto: "Es parte de mi vida privada y es muy importante para mí que se quede ahí", comentaba en una de sus escasas entrevistas concedidas.

El gran cambio de la vida en el ejército

Y así, con el corazón roto y todas las expectativas puestas sobre ella, Ingrid Alexandra de Noruega también debía seguir cumpliendo con su obligación militar. Convertida en una soldado más y con el uniforme, la princesa adoptaba un estilo de vida muy distinto al habitual.

La princesa Ingrid Alexandra de Noruega

La princesa Ingrid Alexandra, durante el acto en el Día Nacional de Noruega. 

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Este era un paso más dentro de su formación como futura reina (aunque ahora mismo ocupe el segundo puesto en la línea de sucesión, tras su padre), y al igual que están haciendo todas las jóvenes herederas europeas, como la Princesa Leonor.

Justamente ahora Ingrid acaba de licenciarse, con la categoría de soldado ingeniero, y con ello comienza otra etapa de civil. La princesa está de vuelta a casa.

La princesa se ha graduado tras pasar 15 meses haciendo la 'mili'. Y el cambio que ha experimentado desde que ingresó en el ejército noruego es de lo más llamativo.  

Aquella jovencita que aún tenía rasgos de niña se ha convertido en toda una mujer. Y todos estos golpes que la vida le ha traído están forjando un carácter fuerte, pero también con sus contras.

El príncipe Haakon pasando revista con su hija entre los soldados

El príncipe Haakon pasando revista con su hija entre los soldados.

Kongehuset.

A la princesa Ingrid se le considera la gran esperanza de la monarquía noruega. Ella representa algo así como nuestra Leonor por su juventud, sus ganas y su pasado sin mácula. Sin embargo, tampoco se trata de tensar la cuerda.

Ingrid de Noruega, la perfecta sustituta de su madre

Muchos consideran que ahora que Mette-Marit de Noruega se ve obligada a cancelar su agenda cada vez con más frecuencia a causa de su enfermedad crónica, su hija Ingrid puede ejercer como la perfecta sustituta. Lo mismo que su padre ocupa el cargo de Regente cuando el rey Harald está de baja por sus frecuentes achaques.

Ingrid de Noruega ha cambiado mucho tras su paso por el ejército

Ingrid de Noruega ha cambiado mucho tras su paso por el ejército.

Kongehuset.

Lo que ya es un hecho es que la princesa ha empezado a cumplir con más compromisos oficiales. Aunque no hay que olvidar que, tras su etapa militar, ahora Ingrid deberá proseguir sus estudios universitarios.

Ingrid no se queja públicamente, pero todos estos frentes abiertos podrían estar causando otros efectos secundarios y que el estrés vivido el último año y el peso de la responsabilidad se esté manifestando en su cambio físico.

La princesa Ingrid asume un importante compromiso

Ahora Ingrid es más fuerte, pero su sonrisa es menos generosa. En su graduación militar, donde por cierto estuvo su padre, el príncipe Haakon, la princesa se mantuvo profesional e inalterable más allá de la posición que tenía que mantener como soldado.

La princesa Ingrid guarda un gran parecido con su madre

La princesa Ingrid guarda un gran parecido con su madre.

Kongehuset.

La nieta de los reyes Harald y Sonia ya ha tenido ocasión de lucirse de vuelta a palacio y retomar su faceta como princesa. Es la mejor prueba de la confianza depositada en ella: acompañando a sus abuelos y padres como parte de esta nueva agenda real en la que Ingrid va a tener más presencia.

Los príncipes herederos de Noruega y su hija Ingrid

Los príncipes herederos de Noruega y su hija Ingrid en la bienvenida a la presidenta de Islandia.

Kongehuset.

Ingrid Alexandra ha debutado en su primera visita de Estado, en este caso para recibir a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir, y su esposo, Björn Skúlason. Y lo ha hecho con una gran sonrisa y derrochando estilo.

La princesa Ingrid, con la tiara de su 18 cumpleaños

La princesa Ingrid, con la tiara de su 18 cumpleaños.

Kongehuset.

La princesa participó en la ceremonia de bienvenida oficial, vestida de blanco y con diadema; después acudió al almuerzo y, ya por la noche, no se perdió el banquete de gala celebrado en el Palacio Real de Oslo.

Ahí volvió a brillar con tiara, la misma que le regalaron por su 18 cumpleaños, y con un vestido azul que perteneció a su madre. Impecable, aunque la procesión vaya por dentro.