Para Carolina de Mónaco, Ernesto de Hannover fue su tercer marido. La princesa de Mónaco y el aristócrata alemán se unieron en una ceremonia muy diferente a las que habían protagonizado hasta entonces en sus vidas, tanto Carolina en sus dos matrimonios anteriores con Philippe Junot y Stéfano Casiraghi, como Ernesto con su primera mujer Chantal Hochuli. Este enlace fue muy discreto y contó con invitados muy selectos, con Carolina de Mónaco ocultando el embarazo de su cuarta hija el día de su cumpleaños y sin vestido de novia. Te contamos todos los detalles.

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover

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A lo largo de su vida, la princesa Carolina de Mónaco ha sido una de las royals europeas que más veces ha pasado por el altar. En menos de tres años, la monarca celebró dos bodas que eran muy distintas entre sí, en la década de los años ochenta con Philippe Junot y Stéfano Casiraghi, padre de sus tres primeros hijos Carolina, Pierre y Andrea Casiraghi, y unos años más tarde, celebró su tercera boda real con Ernesto de Hannover.

El matrimonio con Ernesto tampoco llegó a buen puerto y tras el nacimiento de su hija no tardaron en separarse, aunque hoy en día siguen sin divorciarse por motivos de herencia y títulos en cuanto a su legado y al de su hija Alexandra de Hannover. Por su parte, Hannover había estado casado durante 16 años con Chantal Hochuli, con quien había tenido dos hijos, Ernesto Augusto y Christian. Para casarse con ella, Ernesto tuvo que convencer a su padre para que permitiera su matrimonio con una plebeya, ya que Hochuli no tenía sangre real. Además, por aquel entonces Chantal Hochuli era una de las mejores amigas de Carolina de Mónaco.

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Una boda real discreta y con muy pocos invitados

Cuando la pareja comenzó su relación navegaban en un mar de dudas ya que la situación sentimental de ambos era muy complicada. Nos remontamos a 1990 cuando Stéfano Casiraghi falleció en un trágico accidente marcando la vida de Carolina de Mónaco y de sus tres hijos. En la superación de su fallecimiento, Carolina encontró refugio en Ernesto quien tenía muy buena relación con sus hijos. Por aquel entonces, el matrimonio entre Ernesto y Chantal comenzaba a flaquear hasta que en 1997 se produjo su inevitable divorcio. Carolina fue un gran apoyo para Ernesto durante aquellos meses floreciendo entre ellos una relación que sellarían dos años más tarde con una boda real. 

El día del 42 cumpleaños de Carolina de Mónaco, se celebró la boda real entre ella y Ernesto de Hannover en el Salón de los Espejos del Palacio de Mónaco. Aquel 23 de enero de 1999, la pareja se dio el 'si, quiero' en la más estricta intimidad, con una ceremonia por lo civil muy discreta y con invitados selectos, que había sido oficiada por Patrice Davost, presidente del consejo de estado. No se publicó la noticia de su enlace matrimonial hasta el día siguiente. 

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, imagen del año 2000.

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Entre sus pocos invitados no se encontraba su hermana Estefanía de Mónaco, ya que en aquella época estaba distanciada de su familia por un romance que mantuvo considerado inadecuado y decidió no acudir a la boda. Los que si acudieron fueron Rainiero III de Mónaco, Alberto, la princesa Antoinette y los cinco hijos de la pareja, Ernst August y Christian, y Andrea, Carlota y Pierre. Los testigos fueron la condesa Albina de Boisrouvray, prima de Rainiero y madrina de Carlota, y Spyros Niarchos, gran amigo del novio, hijo de Stavros Niarchos que por aquel entonces todavía estaba casado con Daphne Guinness. 

La princesa de Mónaco se casaba por tercera vez con un traje de chaqueta de Chanel azul perlado y con el pelo suelto, sin joyas, sin perlas y sin tiaras. Carolina sustituyó el típico vestido nupcial por una elegante chaqueta de corte recto con hombreras, cuello camisero y botoneras doradas, y una falda de pinzas anchas del mismo tejido perlado. En el lado izquierdo de la chaqueta lució una insignia dorada de formas circulares que acompañó de unas pulseras doradas y pendientes de piedras preciosas muy finos. Por su parte, Ernesto también lució un traje de chaqueta negro con camisa celeste y corbata ancha azul marino, acompañado de un pañuelo blanco marfil en el bolsillo de la chaqueta.

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Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover el día de su boda real, en 1999. 

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Lo que pocos sabían en aquel momento, es que el traje azul de Chanel que después le hemos visto lucir en numerosas ocasiones, desempeñaba una función vital para Carolina de Mónaco: disimular la incipiente barrida de su embarazo. La princesa contrajo matrimonio cuando estaba embarazada de tres meses de su primera y única hija junto a Ernesto de Hannover. Seis meses después, el 20 de julio de 1999, nació la princesa Alexandra. 

Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover

Carolina de Mónaco junto a Ernesto de Hannover y su hija Alexandra de Hannover.

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Un matrimonio separados pero sin divorciarse

Carolina y Ernesto estuvieron juntos casi diez años a los que decidieron ponerle fin de forma amistosa en 2009. Desde entonces, la pareja sigue separada aunque unida, ya que todavía no han terminado de formalizar su divorcio. Estos últimos años para Ernesto de Hannover, han sido los más difíciles de su vida tras verse envuelto en escándalos, polémicas y problemas con el alcohol. La relación con sus dos hijos fruto de su relación con Chantal tampoco es buena y apenas aparecen juntos públicamente. Con su hija Alexandra de Hannover tampoco mantiene una relación cercana, la joven está centrada en sus estudios y en su vida junto a su pareja sentimental mientras cumple con sus responsabilidades como hija de la princesa de Mónaco. Alexandra ha sido el mayor apoyo para Carolina de Mónaco durante los últimos años. 

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Teniendo en cuenta esta situación, muchos se preguntan por qué Carolina no se ha divorciado todavía de Ernesto de Hannover. Se deduce que perdería su condición de princesa y posibles intereses económicos habida cuenta de su buena relación con los hijos de Ernesto, que son quienes gestionan el patrimonio familiar. La vida de Carolina de Mónaco, según el experto en realeza Jaime Peñafiel, es un "extraño galimatías difícil de entender. Canónicamente soltera, madre de tres hijos ilegítimos, civilmente viuda y esposa sin marido"

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