En plena tormenta en el seno de la Casa Real británica a causa de la salud de dos de sus principales miembros (el rey Carlos III y Kate, la princesa de Gales), los duques de Sussex reaparecen juntos y sonrientes. Muy sonrientes. El príncipe Harry y Meghan Markle han regresado a escena, pues solo en modo teatral parecen entenderse todas sus apariciones. Ahora los vemos en la blanca nieve de Canadá, como anfitriones de los Juegos Invictus. Y rodeados de un completo equipo de cámaras de televisión. Pero aquí algo huele a pescado congelado...

Harry y Meghan en los Juegos Invictus de Canadá

Los duques de Sussex, de la mano en Canadá.

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Con esta causa Harry de Inglaterra apoya a sus excamaradas del ejército, veteranos con discapacidades físicas o mentales, a los que se pone en valor gracias al deporte. El príncipe no ha borrado sus tiempos como soldado, lo cual es muy loable, pero no olvidemos que también hace negocio de ello. Económico y de imagen. Desde que su esposa Meghan se sumó al "equipo", el asunto ha cobrado otra dimensión aún más compleja.

Harry y Meghan abandonaron en 2020 la primera línea de la realeza para ejercer como benefactores de la humanidad. Eso sí, a cambio han sacrificado el equilibrio con la Familia Real británica. Él es un príncipe que pretendía alzarse como el más cercano de los estirados Windsor y con su adiós restaurar la supuesta dignidad que le impedía practicar The Firm (como se conoce a la 'empresa' de la monarquía británica). Darles una bofetada en toda la cara con su autenticidad. Añadiremos "supuesta".

El príncipe Harry ha aireado los trapos sucios de los Windsor

Todo esto no lo decimos nosotros. Lo ha aireado el propio Harry sobradamente en entrevistas, documentales y una sangrante biografía en la que él mismo se autotitulaba como "The Spare", el "repuesto", el "segundón". Así ya, como punto de partida, no íbamos a ninguna parte...

Que la Casa Windsor pueda estar molesta, enfadada e incluso harta, es lo menos. Y aún así, el rey Carlos mantiene su oferta de paz hacia su hijo. Los brazos abiertos para este pelirrojo díscolo, con el que apenas se reunió 45 minutos tras conocerse su diagnóstico de cáncer.

Harry voló raudo a Londres desde Los Ángeles y ni una hora compartió con su padre. Se dice que 'prohibió' que estuviera presente en la entrevista la malvada madrastra que es Camilla, ahora reina. En menos de 24 horas ya estaba de vuelta a su mansión californiana de Montecito.

El príncipe Harry y Meghan Markle reaparecen en los Juegos Invictus en Canadá

Harry de Inglaterra y Meghan Markle, unidos como un equipo frente a la crisis de salud desatada en los Windsor.

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El otro vértice de la situación, el príncipe Guillermo, no está tanto por la labor de tenderle la mano a su hermano menor. Mientras su esposa, Kate Middleton, sigue convaleciente y desaparecida por completo del ojo público después de su operación abdominal, el heredero al trono ha vuelto al trabajo, pero se le ha pillado en varios renuncios, con algunos gestos demasiado serios. En este caso las sonrisas no sirven para todo.

Harry y Meghan, un combo solidario del que sacar beneficio económico

Y ahí es cuando regresamos a esta dorada pareja transmutada en combo benéfico. Harry y Meghan han aderezado su receta personal con un poco de salero estilo Hollywood y se han elevado como adalides de un glamour silencioso. Sonríen mucho, se muestran humanos, normales, naturales... Pero todo queda registrado por sus objetivos, no vaya a ser que no nos demos cuenta.  

En estos momentos hay preocupación en la Casa Real británica. Su soberano (75) y la princesa de Gales (42) se encuentran de baja médica y que dos figuras esenciales para la Corona estén fuera de combate no augura nada bueno. Nunca se había producido tal vacío de poder en sus filas.

Las sonrisas de Harry y Meghan en medio de la crisis de salud de la Familia Real británica

Pero como son plenamente conscientes de que su existencia se gana a pie de calle, la reina Camilla y el príncipe Guillermo están arrimando el hombro, supliendo a los ausentes con la mejor disposición. Y también la princesa Ana y los duques de Edimburgo. Todos a una.

Y mientras tanto, Harry y Meghan hacen doblete, paseando su felicidad por Canadá (unos días antes Harry se lo pasó pipa en un evento en Las Vegas, justo a su regreso de Londres). Un alarde innecesario y en el fondo poco respetuoso en medio de una situación complicada. No han dirigido ni una palabra pública hacia su familia. Harry y Meghan ríen y hacen bromas sin parar con sus nuevos amigos. Parece que nada les importe. Pero no está el horno para bollos. 

La nueva web del príncipe Harry y Meghan Markle

Harry y Meghan, encantados con su nueva web dedicada a sus proyectos.

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Tampoco les ha hecho mella la ola de críticas que ha suscitado el lanzamiento de su nueva web (esa foto de apertura con la pareja a mandíbula batiente es toda una declaración de intenciones). Él se presenta como "príncipe Harry" y los dos conjuntamente como "duque y duquesa de Sussex", cuando en su pacto de salida de la realeza con la reina Isabel II quedó claro que no harían uso de sus títulos reales para hacer negocio. ¡Cuánta felicidad tienen!

Aquí vemos clara la estrategia. Practican aquel famoso "dientes dientes" de la Pantoja reinterpretado en versión 'royalty'. Obviaremos la coletilla tan poco fina que añadía la artista. Aunque, claro, el resultado queda como una sonrisa de hielo.

Hace mucho que no tragamos con la supuesta frescura de una pareja que venía a reinventar las reglas de la realeza. ¿Y verdaderamente les funciona? Porque hemos de reconocer que sobrevuelan las sospechas sobre sus constantes proyectos y sus millonarios contratos (algunos cancelados por los mediocres resultados)...

Los duques de Sussex y su lucha contra la realeza británica

El príncipe Harry y Meghan Markle tienen cada día más complicado su papel. Son y no son 'royals'. Reniegan y se reafirman. Desean su brillo y lo rechazan a la vez.

Pero aviso a navegantes: la impostura en las buenas acciones también puede costarles caro (que se lo digan a la 'influencer' Chiara Ferragni). Cualquier paso en falso les llevará al naufragio. Es el riesgo de perder la gracia. Aunque ellos al menos se muestran más proactivos y trabajadores que aquellos duques de Windsor (el rey que abdicó por amor a Wallis Simpson), itinerantes y sin más oficio que adornar todas las fiestas en París. 

Harry y Meghan van con su equipo de cámaras a los Juegos Invictus

Los duques de Sussex se han trasladado a Canadá con su equipo de cámaras.

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Los duques de Sussex extienden sus sonrisas bajo el sol californiano y donde el corazón (o el dinero) les lleve, esperando que al otro lado del océano se abran las aguas con magnánimo gesto, como si se lo debieran, como si ellos no hubieran provocado la tormenta. 

Harry y Meghan continúan recreando su particular Show de Truman. En Canadá son los más majos del universo. Hemos pillado 'espontáneamente' a la duquesa exactriz grabando a su marido con un móvil, mientras este se deslizaba por la nieve en un trineo adaptado... Todo lo que no queda grabado y no se comparte con el mundo, no existe. Ellos son su propia marca. El mundo es su escenario y la sonrisa su bandera.