No se habla de otra cosa estos días en Noruega. Se casa Marta Luisa de Noruega, la princesa rebelde, con el autodenominado chamán estadounidense Durek Verett. La pareja se dará el sí quiero el 31 de agosto en un bucólico fiordo noruego rodeado de toda la gente que para ellos es importante y un nutrido puñado de royals, según todo parece indicar. El camino hasta llegar a este momento no ha sido sencillo, pero en la vida de Marta Luisa raramente algo lo es. No han faltado las voces en contra de que se celebre esta unión. Algunas, las más trasnochadas, por el color de piel del novio de la princesa, otras por el polémico modo de vida de Durek.
El prometido de Marta Luisa asegura ser la reencarnación de un Faraón y poseer poderes sobrenaturales para hacer sanar a la gente de los males que los aquejan. Otras opiniones son menos oníricas y más terrenales, como las que ha compartido alguna vez asegurando que puedes curarte del cáncer con una sola pastilla o que el covid no existía. Durek ha sido desde que comenzó su relación con Marta Luisa toda una fábrica de titulares y, al igual que ya pasara con Mete-Marit en el 2000, su pasado ha hecho las delicias de quienes estaban deseando atacar a la princesa. Entre las “escandalosas” cosas que han podido publicar sobre el controversial prometido han hablado de su bisexualidad poniendo nombres y apellidos a su exnovio o han dado voz a su madre con la que no tiene buena relación.
Sea como fuere lo que es cierto es que este próximo 31 de agosto ambos darán el paso de formalizar su unión en matrimonio, exclusiva mediante y con la asistencia de los reyes de Noruega. La casa real noruega se ha apresurado a asegurar que no tienen nada que ver ni comparten la decisión de la pareja de vender la exclusiva de la boda y que los integrantes de la familia real noruega no formarán parte de ese reportaje. Y es que, Marta Luisa, a pesar de ser princesa de nacimiento no forma parte de la familia real noruega y sus hijas, por expreso deseo de Harald de Noruega, no tienen título ni tratamiento de altezas reales. Conozcamos un poco más a estas tres jóvenes princesas sin título que son el núcleo duro sobre el que se apoya la primogénita de Harald de Noruega.
Maud Angélica, heredera artística de su malogrado padre
La primogénita del matrimonio de Marta Luisa y el escritor y dramaturgo Ari Behn llegó al mundo el 29 de abril del año 2003 bajo el nombre de Maud Angélica Behn. Aunque sí tiene derechos hereditarios al trono noruego, no tiene tratamiento de alteza real ni título alguno, algo que Marta Luisa siempre ha visto como un salvoconducto de normalidad lejos de parecerle un agravio. Desde muy pequeña Maud dio muestras de una vena artística desarrollada al igual que su padre, Ari. Según ella misma ha contado en alguna ocasión pinta desde que tiene uso de razón y a día de hoy el arte es una especie de terapia que la ayuda a encajar mejor la prematura muerte de su padre, que se suicidó el 25 de diciembre de 2019 víctima de la depresión que padecía.
Precisamente en el funeral de Ari Behn, Maud dio un discurso que recibió el aplauso general de los noruegos y fue distinguido después por unos galardones de psiquiatría por poner de relieve la crucial importancia de la salud mental. Maud, que tenía 16 años en el momento del suicidio de su padre, hacía en este discurso una especie de carta de despedida a un padre que había decidido marcharse antes de tiempo. “No sabíamos que te irías tan pronto. Pensamos que estarías aquí para acompañarnos al altar cuando nos casáramos, y que serías el abuelo de nuestros hijos”.
El texto iba acompañado de un retrato de su padre que iba a ser su regalo de Navidad y que lastimosamente terminó decorando su ataúd. En 2021 Maud publicó una novela llamada “Hilo de lágrimas” donde contaba las desventuras de una joven que teje con sus propias lágrimas y que logró colarse entre los más vendido de Noruega. Actualmente, y como puede verse en su propio Instagram, la joven continúa explorando su faceta pictórica con la que su madre se muestra encantada ya que no se pierde ni una sola de sus exposiciones.
Empresaria, influencer y obsesionada con las princesas
La mediana de las hijas de Ari Behn y Marta Luisa de Noruega, Leah Isadora Behn, nació el 8 de abril del año 2005 y tiene 19 años. Al igual que muchas de las jóvenes de su edad, es una enamorada de la moda, los viajes y el maquillaje. Tan es así que ya cuenta con su propia firma de cosmética llamada “Dorah by Leah”. A juzgar por las redes sociales de la marca parece ir de maravilla, ha lanzado una colaboración de venta en exclusiva en las tiendas de H&M en Noruega y el resto de productos de su firma se pueden comprar en grandes superficies dedicadas a la venta de productos de cosmética.
La joven de 19 años además está interesada por las redes sociales y la televisión. En su perfil de Instagram cuenta con 136.000 seguidores que siguen sus viajes por Italia, Grecia, Paris o Nueva York y los tips de belleza que suele publicar. Recientemente también ha grabado su participación en un programa de la NRK (la televisión pública noruega) que se centra en la divulgación de historias de mujeres emprendedoras. En alguna ocasión Leah ha contado que la moda y el maquillaje son sus grandes pasiones desde pequeña y que no tiene ningún interés por los títulos o las coronas, aunque cuando era una niña “estaba absolutamente obsesionada con la idea de ser una princesa Disney”.
La benjamina de la familia
La última de las hermanas en llegar a la familia fue Emma Tallulah y lo hizo el 29 de septiembre del año 2008. Al igual que su hermana no tiene ni tratamiento de alteza real ni título alguno y se ha criado en Londres, donde Ari Behn y Marta Luisa creyeron que podrían crecer como niñas normales y además aprender el idioma a la perfección. Como casi la totalidad de las jóvenes de 15 años Emma disfruta subiendo videos a TikTok con sus amigas y en esta red social muestra bailes virales y alguna que otra pincelada de su vida diaria.
Además, Emma tiene pasión por un deporte que practica cada vez que puede. Se trata del salto a caballo, algo que según ha contado, su madre trató de inculcar a todas las hermanas sin éxito, ya que la única que ha mostrado verdadero interés es Emma Tallulah. La benjamina está muy unida a su madre igual que lo estaba a su padre, en cuyo funeral pudimos verla deshacerse en lágrimas, claro que tenía únicamente diez años. Ahora estará junto a sus hermanas ultimando los detalles para acompañar a su madre en uno de los días más importantes de su vida, cuando protagonice la boda real más surrealista del año casándose con el chamán Durek Verett.