El próximo 31 de agosto la princesa real de Noruega, Marta Luisa, se dará el sí quiero con el polémico chamán Durek Verrett. Este matrimonio llega después de muchas trabas y problemas que la pareja ha conseguido sortear. Marta Luisa, princesa real por nacimiento, es la primogénita del rey Harald de Noruega y la reina consorte Sonjia Haraldsen. Aunque nació en primer lugar, no fue considerada heredera al trono porque en el país noruego aún imperaba la ley sálica, de este modo el heredero fue su hermano menor Haakon. Marta Luisa siempre ha sido una atípica princesa real, ha ido un poco por libre y esta no es la primera vez que se casa.
La hija mayor de Harald V ya se dio el sí quiero en una ocasión y lo hizo con un candidato que a todo el mundo agradaba, el escritor Ari Behn e igualmente el matrimonio resultó un desastre. Ari y Marta tuvieron tres hijas en los quince años que estuvieron casados. En el año 2017 la pareja anunció su divorcio y el día de Navidad de 2019 Ari se quitó la vida aquejado de una profunda depresión con la que llevaba años lidiando. Ahora Marta Luisa ha ignorado todas las voces críticas y está dispuesta a casarse con el que ella considera el amor de su vida, claro que, no es la primera princesa que se casa con un polémico consorte. Repasamos otros matrimonios reales que trajeron la polémica.
Mónaco, un principado acostumbrado a la polémica
Los monegascos podríamos decir que están acostumbrados a que la polémica persiga a su familia real como un Grimaldi más. En el año 1995 la pequeña de la familia, la princesa Estefanía de Mónaco anunciaba que contraería matrimonio con uno de sus guardaespaldas: Daniel Ducret. La noticia estalló como una bomba en el principado que estaba acostumbrado a las excentricidades de la pequeña de los Grimaldi, quien anteriormente había sido cantante. La pareja llevaba manteniendo una relación clandestina desde años antes, de hecho, cuando pasaron por el altar el matrimonio ya contaba con dos hijos Louis y Pauline, que no fueron incluidos en la línea sucesoria al trono hasta después de que sus padres se casaran por la iglesia, debido a las férreas creencias del principado.
Tan solo un año después de casarse, en 1996, Estefanía anunciaba que se divorciaba al publicarse un reportaje fotográfico en una revista en la que podía verse a su marido manteniendo relaciones con una joven desconocida. Estefanía se golpeó con la misma piedra dos veces más. En 1998 tuvo a su hija Camille Marie con otro de sus guardaespaldas con el que no llegó a casarse, motivo por el cual Camille está excluida de los derechos dinásticos de los Grimaldi. Finalmente, en septiembre de 2003 Estefanía se casó con el acróbata portugués Adans Peres. La pareja solo duraría casada diez meses. A decir verdad, la decisión de su padre Rainiero III de casarse con Grace Kelly tampoco estuvo bien vista en su momento por aquellos que en Grace venían solamente a una advenediza venida de Hollywood.
Reinas con polémicas decisiones y otras parejas reales
Este tipo de polémicas decisiones no solo han sido cosa de princesas rebeldes, algunas reinas europeas también antepusieron el amor a la idoneidad. Una de ellas fue Beatriz de Países Bajos, la madre del actual Rey Guillermo. En el año 1966 la heredera al trono holandés se casó con el hombre que ella eligió, concretamente con Claus de Amsberg. El joven, alemán de nacimiento, había formado parte de las juventudes hitlerianas y había luchado en el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial. Países Bajos, que había sufrido de primera mano la violencia nazi, no estaba dispuesta a hacer como si nada y las protestas se multiplicaron por todo el país. Finalmente, la boda tuvo luz verde del parlamento y se llevó a cabo el 10 de marzo de 1966 bajo un fuerte dispositivo de seguridad. Claus, que tenía a sus espaldas un polémico y vergonzoso pasado terminó por ser uno de los miembros mejor valorados de la familia real.
La reina de Dinamarca durante más de cincuenta años, Margarita II también causo revuelo con la decisión sobre con quién quería compartir su vida. El elegido para desempeñar el papel de Príncipe Consorte de la Reina fue el francés Enrique de Laborde de Monpezat. El joven, que tenía título de Conde, causó la antipatía desde el primer momento por su actitud altiva. A esta curiosa actitud había que sumarle que el noble francés nunca llevó bien el hecho de ser simplemente príncipe consorte, algo que al nacer su hijo Federico X se agravó por ostentar este por nacimiento un rango superior al de su padre. Las salidas de tono del marido de la reina fueron constantes durante toda su vida, incluyendo hasta alguna fuga a Francia para demostrar su enfado en momentos puntuales. Monpezat terminó tan amargado y resentido que a su fallecimiento pidió no ser enterrado en la cripta real sino incinerado y arrojado al mar y a los jardines de una de sus propiedades.
Dos ejemplos que pillan de cerca a Marta Luisa
Pero sin duda hay dos ejemplos de bodas polémicas que a sirven de ejemplo a Marta Luisa por su cercanía. La primera de estas polémicas uniones la protagonizó en 1961 una de las hermanas de su padre, Astrid de Noruega. La Princesa Astrid antepuso el amor a sus propios derechos de nacimiento y perdió el tratamiento de Alteza Real y sus derechos de sucesión al trono de Noruega por casarse con Johan Martin Ferner. ¿El motivo de la polémica? Que Johan Martin estaba divorciado de la joven Ingeborg Hesselberg-Meyer. La princesa rebelde Astrid decidió renunciar a todo menos al amor y en una mañana de temperaturas bajo cero del mes de enero de 1961 selló su amor con el joven divorciado Johan. La pareja disfrutó de un matrimonio feliz hasta el fallecimiento de Johan en 2015 y tuvieron juntos cinco hijos.
Otra polémica decisión que no puede pillar más cerca a Marta Luisa es la de su hermano Haakon de casarse contra viento y marea con Mete-Marit. Cuando se conoció que el joven heredero al trono noruego mantenía una relación que iba en serio con la joven Mete-Marit Tjessem el escrutinio del pasado de Mete comenzó como una suerte de cacería de brujas. Claro que, en el caso de la joven novia de Haakon todo era más fácil. En su pasado había un matrimonio fallido, un hijo al que criaba como una madre soltera, un video erótico, sospechas de consumo de sustancias y un poco de todo. Aquello terminó con Mete-Marit disculpándose por lo que ella misma llamó “un pasado salvaje” y posicionándose públicamente contra el consumo de drogas. Nada de todo eso paró al joven heredero al trono que se dio el sí quiero el 25 de agosto de 2001. Así es que, con todo este historial ¿Cómo no iba a hacer Marta Luisa lo que le diera la gana? ¡Que vivan los novios!