Bajo el arcoiris... Así es la última imagen que nos llega de Mary de Dinamarca tras dar por concluidas sus vacaciones de verano en Skagen. Han sido las últimas de toda la familia unida (con su marido, el príncipe Federico, y sus cuatro hijos) antes de despedir al primogénito, el príncipe Christian, en su marcha al internado en el que va a cursar el bachillerato. La semana pasada sus padres acompañaban al joven en el primer día en dicho centro y ahora toca continuar con el trabajo, que es exactamente lo que ha hecho la princesa.
Mary ha vuelto con las pilas bien cargadas tras sus vacaciones, hasta el punto de que en estos días no para. De rosa y bajo un llamativo paraguas multicolor, porque llovía en Copenhague, la princesa acudió a una conferencia como parte del Foro de Derechos Humanos que tiene lugar esta semana en la capital danesa, y que se celebra en conexión con el WorldPride y los EuroGames.
Mary de Dinamarca quiso hacer un guiño al colectivo LGTBI mostrando también su "orgullo" portando la bandera del arcoiris, símbolo de esta lucha, y su posición en defensa de sus derechos. Para ello eligió un llamativo estilismo compuesto de una blusa blanca con mangas abullonadas y unos pantalones rosa de pierna extraancha de Phillip Lim, con los que se suma a una de las tendencias más fuertes de la temporada.
Sonriente, simpática, profesional... La esposa del heredero danés se metió a todos en el bolsillo durante esta jornada, retomando su agenda oficial con fuerza y la mejor actitud.
De momento, al menos de puertas para afuera, no acusa el tan temido síndrome del 'nido vacío', que se produce cuando los hijos comienzan a abandonar el seno familiar. Al fin y al cabo su hijo Christian solo tiene 15 años y es natural que empiece a soltar amarras para formarse de la mejor manera posible de cara al futuro y más siendo el futuro rey de Dinamarca.
En esto se ha adelantado a otras jóvenes 'royals' de su misma edad que también emprenden el vuelo, como son Leonor de Borbón y Alexia de Holanda, curiosamente ambas matriculadas en el mismo internado de Gales (Reino Unido).
Además, el joven ha escogido un centro, el Herlufshom Gymnasium, en Naestved, bastante cerca de su residencia. Christian estudiará en régimen de internado, por lo cual no podrá ver a los suyos a diario, pero se encuentra solo a unos 80 kilómetros de Copenhague. Los fines de semana que tenga libre podrá acercarse a ver a sus padres y sus tres hermanos, quienes seguro que también le echarán mucho de menos.