Irene Urdangarin (18 años) y Juan Urdangarin (25 años) ni mucho menos eran unos desconocidos. Desde niños tienen contacto, algo normal teniendo en cuenta que sus familias se conocen de toda la vida. De hecho, son familia. Lejos de las críticas que esto pudiera conllevar, han iniciado una relación sentimental. A ellos, en concreto, les es indiferente su parentesco, pero ¿cuál es y en qué consiste su conexión?
Todo se remonta a sus abuelos. El Rey Juan Carlos, abuelo de Irene Urdangarin, es primo de Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, abuela de Juan Urquijo. La criadora de caballos tiene tratamiento de Alteza Real y es que es hija del duque de Calabria, hermano de María de las Mercedes, la madre de don Juan Carlos. Un nexo de unión por el que se tienen un profundo cariño y por el que varios miembros de la Casa Real Española asistieron a la boda de Teresa Urquijo y el alcalde de Madrid, Almeida, el pasado 6 de abril.
Por tanto, Irene Urdangarin y Juan Urquijo son primos terceros, ya que sus abuelos son primos hermanos. En ambos casos son descendientes directos del Rey Alfonso XII. Es, por ello, que su relación se ha puesto en el punto de mira. Son primos lejanos, por lo que los genes que pueden compartir son de un 0,78 %, tal y como recogen en un estudio genético. Esto quiere decir que el porcentaje es mínimo, prueba de ello, que dos personas escogidas al azar puedan coincidir en un 1% del genoma.
No sería entonces un problema si en el futuro tuvieran hijos. No habría apenas riesgo de malformaciones o enfermedades en sus hijos, al menos no más que en otras parejas que no tengan lazos de sangre entre ellos. Este riesgo estaría, según los expertos, fuera de toda duda. Aunque si todavía tienen temor podrían someterse a un test de compatibilidad genética en el que se analiza la herencia recesiva, el cual permite descartar que haya una mutación en el mismo gen.
La infanta Cristina no quería que la relación viera la luz
Un enlace familiar al que ellos, en su caso, no le han dado ninguna importancia. Ni Juan ni tampoco Irene han querido renunciar a lo que sienten porque sus abuelos tengan consanguinidad. No, en cambio, a su familia. SEMANA ha podido saber que la Infanta Cristina no estaba convencida de que saliera la luz. "Es algo llamativo y a ella también le chocó. Se imaginaba el revuelo que la relación iba a provocar en los medios de comunicación. Ahora ya solo queda resignarse", cuenta a esta revista una persona de su entorno.
La Infanta se ha esforzado por blindar a su hija tras su mayoría de edad, pero esa protección no ha sido suficiente. Meses después de que el noviazgo de Irene y Juan Urquijo comenzara, se ha confirmado que ambos están ilusionados. Tienen muchísimas cosas en común, también sueños por cumplir. Formarse, ayudar a los demás y disfrutar del otro, aunque sea en la distancia, son algunos de ellos.
Doña Cristina conocía a Juan Urquijo al ser familia directa, pero jamás imaginó este giro de guion. No está del todo convencida con que su hija esté enamorada de una persona "de un entorno tan íntimo", lo que le ha llevado a intentar a toda costa que su romance fuera público. Un movimiento fallido que a Irene Urdangarin le ayudará a disfrutar con normalidad de su historia de amor. Obligada a estar encorsetada hasta ahora, la joven se podrá relajar cuando vuelva de Camboya y se cite con su novio en Madrid o cualquier otro punto del mapa.
El joven que ahora está en boca de todos no pasó desapercibido en la boda de su hermana, Teresa Urquijo. Fue quien saludó al Rey Juan Carlos a las puertas de la iglesia, en la que la joven y Almeida se convirtieron en marido y mujer. Le hizo la reverencia y ambos se sonrieron, gesto que ahora llama la atención de todos. No solo por su cordialidad, también porque era la primera y última imagen de ambos antes de filtrarse este noviazgo.
Quién es Juan Urquijo, el yerno de la Infanta Cristina
Juan Urquijo tiene 25 años y es Ingeniero Agrónomo. Tiene claro que su trabajo es importante, al igual que su relación con Irene. Los dos han sabido desafiar a la distancia y que los kilómetros no sean un escollo para ellos. Se echan de menos, pero utilizan todas las vías para verse, ponerse al día e incluso estar presentes, de forma online, en días importantes. Así fue en el enlace de Teresa Urquijo, boda que Irene Urdangarin siguió desde Camboya, donde está haciendo un voluntariado.