La Reina Isabel II de Inglaterra ha emitido un comunicado para tranquilizar a sus súbditos ante la crisis sanitaria global del coronavirus. En él asegura que tanto ella como los miembros de la Familia Real británica están a la altura de las circunstancias.
"Mientras Felipe y yo llegamos hoy a Windsor, sabemos que muchas personas y familias en todo el Reino Unido, y en todo el mundo, están entrando en un período de gran preocupación e incertidumbre", comienza el mensaje de la monarca.
"Se nos está aconsejando a todos que cambiemos nuestras rutinas normales y los patrones de vida habituales para el bien mayor de las comunidades en que las vivimos y, en particular, para proteger a los más vulnerables dentro de ellas", reza el texto.
Siguiendo el ejemplo de sus homólogos en Europa, entre ellos el rey Felipe VI, Harald de Noruega o Felipe de Bélgica, Isabel II ha enviado un mensaje de cohesión a la ciudadanía británica. "En momentos como estos, recuerdo que la historia de nuestra nación ha sido forjada por personas y comunidades que se unen para trabajar como uno solo, concentrando nuestros esfuerzos combinados con un enfoque en el objetivo común".
"Estamos a la altura de este desafío"
Consciente de que aún quedan semanas complicadas por delante, la soberana prosigue: "Estamos enormemente agradecidos por la experiencia y el compromiso de nuestros científicos, médicos y servicios de emergencia y públicos; pero ahora más que nunca en nuestro pasado reciente, todos tenemos un papel vital que desempeñar como individuos hoy y en los próximos días, semanas y meses".
Asimismo, apela a "muchos de nosotros necesitaremos encontrar nuevas formas de mantenernos en contacto unos con otros y asegurarnos de que los seres queridos estén a salvo. Estoy seguro de que estamos a la altura de ese desafío".
"Podéis estar seguros de que mi familia y yo estamos listos para hacer nuestra parte", concluye el comunicado.
Ha cancelado todos los "actos públicos con un gran número de personas"
La misiva de la Reina Isabel se ha hecho público en todos las plataformas digitales de Buckingham. Coincide, además, con la reciente decisión de cancelar sus próximos compromisos oficiales. "Los actos públicos con un gran número de personas en los que esté prevista la participación de la Reina o de algún otro miembro de la Familia Real en los próximos meses serán cancelados o pospuestos", ha anunciado Buckingham.
Esta resolución implica, entre otros, la cancelación del Chelsea Flower Show, organizado por la Royal Horticultural Society, de la que la soberana es patrona. Tampoco se celebrará servicio Maundy que se iba a celebrar en la capilla de Saint George el próximo el 9 de abril. Asimismo, se ha cancelado la visita de Estado que los Emperadores Naruhito y Masako de Japón tenían prevista esta primavera. De momento, se pospone el viaje ante el parón global al que nos ha obligado la propagación del coronavirus.
En lo que respecta al tradicional Trooping the colour, previsto para el próximo 13 de junio, no se sabe si será cancelado o pospuesto ante los acontecimientos que han paralizado al planeta. Este desfile militar, instaurado en el siglo XVIII por el rey Jorge II, conmemora el cumpleaños de la reina Isabel II. También reúne cada año a todos los miembros del clan Windsor.
El 'annus horribilis' de la soberana
A sus 93 años, la Reina ha pasado el fin de semana en el castillo de Windsor, uno de sus refugios favoritos. Pero de ahora en adelante permanecerá en la capital británica para estar cerca de las autoridades políticas y estar informada de primera mano del avance del coronavirus. Permanecerá en el castillo de Buckingham. Allí seguirá trabajando de manera activa. Eso sí, sin acudir a actos públicos, con muy pocas audiencias y recibiendo cada semana al primer ministro, Boris Johnson.
No cabe duda de que Isabel II está viviendo uno de sus 'annus horribilis'. El Brexit y la crisis global del coronavirus se suman a otros grandes dolores de cabeza que ha tenido que afrontar en los últimos meses. Episodios como el accidente de coche de su marido, Felipe de Edimburgo. O la bochornosa implicación del Príncipe Andrés en el Caso Epstein. O el polémico 'Megxit' de su nieto, el Príncipe Harry, desvinculado ya de su papel como miembro 'Senior' de la Familia Real para vivir una vida alejada de los focos en Canadá junto a Meghan Markle y su hijo Archie. Todo ello ha contribuido a amargarle bastante sus 68 años de reinado.