La agenda oficial tiene estas cosas. Sigue adelante, pese a todo lo que suceda alrededor. Y lo que orbita sobre el príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton es otro tsunami en forma de libro, donde se arremete directamente contra ellos. Hablamos de "Endgame", del periodista Omid Scobie, que se ha publicado esta misma semana desatando una nueva crisis de imagen en el seno de la familia Windsor. Como siempre, la 'respuesta' de los principales señalados ha sido a través del trabajo. Y se da la circunstancia de que este hoy ha unido a los príncipes de Gales con sus homónimos herederos suecos, la princesa Victoria y su esposo, Daniel Westling.
La cita ha tenido lugar en el castillo de Windsor, tan emblemático para la monarquía británica, donde falleció la reina Isabel II el 8 de septiembre de 2022. El príncipe Guillermo y Kate trasladaron su residencia a dicho complejo palaciego hace unos meses y ese es el motivo de recibir allí a sus ilustres invitados y no en el palacio de Kensington, en Londres.
El encuentro de los herederos escandinavos con sus anfitriones en uno de los salones de Windsor ha sido de lo más cariñoso. Los cuatro se han saludado con abrazos y besos en las mejillas. Eran todo sonrisas. Y eso que los príncipes de Gales es evidente que no están atravesando un buen momento. Como se suele decir, la procesión va por dentro.
Entre otras cosas, en dicho libro se tacha a la pareja de manipuladores y celosos de la labor solidaria que realizaban el príncipe Harry y Meghan Markle, que según sus presupuestos era mucho mejor que la suya. El autor se está encargando de aclarar en todas sus entrevistas de promoción que no es amigo de los duques de Sussex, ya que se les tiene como una de sus fuentes privilegiadas de información, queriendo eludir el mote con el que se le conoce en Reino Unido: el "cheerleader jefe" del matrimonio ahora alejado de la primera línea de la realeza, residente en California y en plena guerra con su familia del otro lado del océano.
Los príncipes de Gales reciben a los herederos de Suecia en el peor momento
Kate Middleton se ha presentado a la cita con un discreto vestido verde hiedra con escote cuadrado, de Emilia Wickstead, su melena suelta y una sonrisa. Pero no podemos evitar verla algo congelada y distante. Su mirada revela cansancio y tiene bolsas bajo los ojos. En sus últimas apariciones a nadie se le escapa su rictus de tristeza, como en la celebración del Día del Recuerdo, y eso es algo que nunca antes había pasado. Lo mismo para su esposo, el príncipe Guillermo.
La pareja lleva unos años de pesadilla, lidiando con el dolor tras la ruptura provocada por Harry y Meghan, con lo que esto ha supuesto especialmente para los antaño queridos hermanos.
En las últimas horas ha provocado otro gran escándalo que en la edición neerlandesa de este nuevo libro se hayan publicado los nombres de las dos personas conocidas como "racistas reales". Es decir, los miembros de los Windsor que se habrían interesado por el color de piel del que iba a ser el primer hijo de los duques de Sussex, tal y como estos revelaron en una polémica entrevista televisiva con Oprah Winfrey.
Guillermo de Inglaterra y Victoria de Suecia, dos futuros reyes
A pesar de toda esta revolución, el príncipe Guillermo y Kate Middleton han sacado fuerzas de flaqueza para cumplir con profesionalidad con esta cita. Los gestos de cercanía con la princesa Victoria y su marido han estado a la orden del día. No en vano son primos lejanos, descendientes de la reina Victoria, y siempre han mantenido una cordial relación. Tanto Guillermo como Victoria, de 41 y 46 años, serán en un futuro los monarcas de sus respectivos países. Los dos conocen bien los pros y contras que su posición implica y procuran que la pesada carga de la Corona no les sobrepase en los peores momentos. Entre ellos se arreglan con solo mirarse.