El arranque de los actos programados con motivo del Jubileo de Platino de Isabel II se ha teñido de tristeza. Apenas unas horas después de que la Familia Real británica hiciera el tradicional Saludo a la Bandera con el que han arrancado los festejos se supo que la soberana no asistirá a los actos religiosos previstos para el viernes. «Ha experimentado algunas molestias», anuncia el comunicado emitido desde Buckingham. Cansada y aquejada problemas de movilidad, no estará ni en la misa de Acción de Gracias que tendrá lugar en su honor en la catedral de Saint Paul. Tampoco hará acto de presencia en la recepción posterior en el Guildhall, organizada por el alcalde de Londres, Sadiq Khan. Detrás de esta inesperada baja cabe reparar en varios detalles que desatan de nuevo la preocupación por su estado de salud.

Vídeo: The Royal Family

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Nada más conocerse la ausencia de la Reina en los actos del viernes, la prensa local se ha aventurado a especular con la posibilidad de que el contacto con el príncipe Andrés, pudiera tener algo que ver con que ha coincidido estos días con su hijo menor. Este ha dado positivo en covid, así que ha habido quien se ha preocupado ante la posibilidad de que Isabel II hubiera estado expuesta, una vez más, a la enfermedad que ya contrajo el pasado febrero. Pero nada más lejos de la realidad. La reina ha dado negativo en los  tests rutinarios, pero debido las "incomodidades" que ha notado en las últimas horas la obligarán a descansar en vez de presidir la misa de agradecimiento en la Catedral de San Pablo. Tampoco asistirá el duque de York, ya que debe hacer cuarentena.

El temor de los británicos a que Isabel II se retire de la vida pública

Ahora, la preocupación en el país es evidente. A sus 96 años, se temen las peores sospechas. En un país tan fiel a la monarquía como el Reino Unido, que la cabeza de familia de los Windsor se retire definitivamente de la vida pública -como hizo el rey don Juan Carlos el 2 de junio de 2019- sería una fatalidad. Adoran a su reina y no quieren dejar de verla. Pero ella no da más de sí. Está exhausta. Los constantes problemas de movilidad que leva sufriendo desde hace tiempo le hacen muy difícil permanecer mucho rato de pie, como suele suceder en los compromisos oficiales. Según destaca el diario 'The Sun', a pesar de sus dificultades para moverse, la monarca "esperaba reunir todas sus fuerzas" para asistir al servicio con su familia" este viernes. Su voluntad no ha sido suficiente. No puede más. Esto, sumado a la incertidumbre sobre la fecha de su regreso, despierta una enorme inquietud en su país.

La otra verdad de la baja de la reina Isabel II de su Jubileo de Platino
GTRES

"Teniendo en cuenta el viaje y la actividad requerida para participar en el Servicio Nacional de Acción de Gracias de mañana en la Catedral de San Pablo, Su Majestad, con gran reticencia, ha llegado a la conclusión de que no asistirá", dice el comunicado de palacio. "La Reina está ansiosa por participar en el evento de encendido de luces de esta noche en el Castillo de Windsor y quisiera agradecer a todos aquellos que hicieron de hoy una ocasión tan memorable", concluye la nota.

En este sentido, es de valorar que haya aguantado el tipo para dar arranque al alumbrado con el que se conmemoran sus siete décadas de reinado. Una fuente cercana a la Casa Real ha deslizado el citado medio que Isabel II ha tomado la decisión "lamentable pero sensata" de no asistir a los servicios religiosos del viernes. Más vale recuperar fuerzas para poder cumplir con sus súbditos, sumamente intranquilos ante este nuevo parón de la reina.