El príncipe Alberto de Mónaco ha viajado hasta la localidad de Newport, en Irlanda, con una misión muy especial: la inauguración de una nueva estatua dedicada a su madre, la inolvidable Grace de Mónaco. El soberano aprovecha cualquier ocasión para recordarla, y aunque hayan pasado más de 40 años desde su muerte en un trágico accidente de coche, él mismo ha reconocido que siempre la tiene presente y aún llora su pérdida. Por eso nunca rechaza cualquier oportunidad de homenajearla, como ha sido el caso.
El monarca monegasco, que acaba de celebrar su 65 cumpleaños, no podía sentirse más honrado y orgulloso de que este reconocimiento hacia su madre. Todo se debe a que la familia Kelly proviene originalmente de Drumilra, ubicada justo a las afueras de este municipio. Aunque Grace Kelly nació en Filadelfia (Estados Unidos), sus ancestros fueron inmigrantes y lograron triunfar en los negocios y en el deporte en América (con su padre como ejemplo absoluto del llamado 'sueño americano').
En cuanto puso el pie en esta pequeña ciudad, el príncipe Alberto dio un pequeño paseo por sus calles recibiendo grandes muestras de cariño por parte de su gente. Una toma de contacto con sus raíces en la que no estuvo solo, pues a la inauguración asistieron también su primo JB Kelly, otros miembros de la familia Kelly y representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Irlanda.
Alberto de Mónaco se ha involucrado personalmente en este proyecto, eligiendo la imagen de la escultura que representa a su madre y que ha sido creada por el artista Mark Rode. La figura retrata a la princesa Grace en juventud, en la época en la que triunfaba como estrella de cine y musa de Hitchcock, sentada en un banco sobre una de sus piernas, en actitud informal, y vestida con un traje de escote corazón. Es tan realista que parece que estuviera viva...
Su hijo ha descubierto oficialmente la escultura y no ha dudado en posar junto a ella con su mejor sonrisa, e incluso ha apoyado una mano sobre el hombro de su progenitora. Sin duda, una imagen muy tierna y emotiva de parte del que Grace consideraba su
"ojito derecho".
El
príncipe Alberto declaró hace unos meses:
"El dolor por la muerte de mi madre todavía sigue ahí. Dicen que el tiempo cura las heridas, pero el dolor todavía está ahí, en lo más profundo de mi corazón.
Pienso en ella a menudo. Cuarenta años después de su desaparición está muy viva".
Este fin de semana (el sábado 25 de marzo), Alberto de Mónaco reaparecerá para presidir el tradicional Baile de la Rosa, uno de los grandes eventos del año en el Principado y que precisamente fundó su madre en 1954. Se desconoce si al mismo acudirá su esposa, la princesa Charlène de Mónaco, sobre la que estos días la prensa francesa ha vuelto a sembrar las dudas hablando de separación. Algo que desde el Palacio Grimaldi se ha desmentido con rapidez definiéndolo como "rumores maliciosos".