Este viernes 7 de febrero, Atenas ha acogido la primera gran boda griega del año. Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinogianni se han dado el 'sí, quiero' en la iglesia de San Nicolás de Rangava, el templo religioso más antiguo de la ciudad. Hasta allí se han desplazado rostros de la realeza europea como la reina Sofía, acompañada por su hermana, Irene de Grecia, y su hija, la infanta Cristina, y por supuesto, la familia real griega, aunque esta solo casi al completo. Entre las destacadas presencias donde sus sobrinos (la generación más joven de la Familia Real griega, nietos de los reyes Constantino y Ana María) han acaparado todas las miradas, también ha habido notables y sonadas ausencias.
De estas segundas nupcias de Nicolás solo han podido disfrutar la mitad de sus sobrinos. Los príncipes Pablo y Marie-Chantal de Grecia, actuales jefes de la Casa Real, llegaron acompañados únicamente de dos de sus cinco hijos: el príncipe Constantino Alexios, el mayor y heredero, y el príncipe Arístides. Los ausentes han sido la princesa Olympia (que siempre está entre las más esperadas) y los príncipes Aquileas y Odysseas.
Lo mismo ha sucedido con los hijos de la princesa Alexia y Carlos Morales, ya que solo han asistido dos de sus hijas, Amelia y Ana María, mientras que Arrieta, quien fue dama de honor junto a la princesa Olympia en la boda de su tía Teodora de Grecia, y su hermano Carlos, han estado ausentes.
Tampoco ha acudido nuestro Rey Felipe VI, ni su hermana, la infanta Elena. Felipe VI sí que asistió al primer enlace de Nicolás de Grecia, celebrado en la isla griega de Spetses en el verano de 2010. Sin embargo, no podrá acudir a esta boda debido a que tiene compromisos. Este viernes, el monarca cumple con distintas audiencias en el Palacio de la Zarzuela y recibirá a personalidades y patronos vinculados a la World Jurist Association, con motivo de la entrega del Premio 'Español Universal' 2024 a Javier Cremades, Presidente de la Asociación.
Tampoco han asistido Felipe de Grecia, el hijo menor del rey Constantino II de Grecia y la reina Ana María de Dinamarca, y Nina Flohr, que sí estuvieron presentes en la primera boda de Nicolás. Al ser parte de la familia real griega, estuvieron presentes en la ceremonia de matrimonio de Nicolás con Tatiana Blatnik en 2010 en la isla griega de Spetses.
La gran e inesperada boda griega
La noticia de este primer enlace del año llegaba de forma totalmente inesperada hace solo unas semanas. Los rumores del noviazgo entre Nicolás y Chrysi Vardinogianni, la hija de un magnate naviero, comenzaron a mediados del pasado mes de enero, cuando se dejaron ver juntos en varias citas. Lo confirmaban poco después, un 16 de enero, cuando la pareja decidió oficializar su relación en el homenaje al padre de Nicolás, Constantino II de Grecia. Pero la gran sorpresa final llegaría apenas una semana después, cuando desde la casa real griega comunicaban que la pareja se daría el 'sí quiero' y el enlace iba a celebrarse este mismo 7 de febrero.
La novia ha llegado a la ceremonia del brazo de su padre, el magnate naviero griego Yiorgos Vardinogiannis y de uno de sus hijos. Radiante y orgullosa, Chrysi desvelaba el secreto mejor guardado de su gran día: su impresionante vestido de novia. Alejada de la clásica novia real, ha demostrado tener un estilo único al elegir un diseño moderno y con fuerza.
La fiesta previa a la gran boda
Anoche, la familia real cenó en el hotel 'Gran Bretaña' y luego se dirigió a 'Vulcanizador', en el barrio de Koukaki. Chryssi Vardinoyannis y Nicolás de Grecia recibieron a sus familiares y amigos más cercanos en una fiesta previa a la boda en la que degustaron un exquisito menú al que no le faltó detalle.
El menú comenzó con una mousse de tarama blanca con huevas y una sopa velouté de puerros caramelizados, acompañada de crema de gruyere, crujientes de hierbas y apaki de pollo. Para el primer plato, los invitados pudieron degustar langostinos al estilo saganaki, con crema de queso feta y tomates cherry confitados.
Para el plato principal, se ofrecieron dos opciones: un filete de mero cocinado a fuego lento al estilo 'Monte Athos', servido con patatas en aceite de oliva orgánico, y una ensalada ligera de hinojo, o giouvetsi, un guiso de costillas acompañado de queso feta tradicional.
El postre incluyó baklava con pistachos caramelizados de Egina y una mousse de chocolate amargo con sal de vainilla y aceite de oliva orgánico, que aportaba un toque de sabor más intenso.