Parece que fue ayer, pero los príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega acaban de celebrar su 19 aniversario de boda. Aquel 25 de agosto de 2001 la pareja cumplía un sueño cuando todo parecía en contra. El pasado 'salvaje' de la novia, que incluso era madre de un niño fruto de una relación anterior, quizás era demasiado para el estándar de la realeza y para el heredero y futuro rey de Noruega. Su boda fue un cuento de hadas diferente y, en cierto modo, rompió moldes y abrió las puertas a todas las posteriores 'royals' de origen plebeyo que pueblan las monarquías europeas, como Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca y Letizia de España.
El caso es que Haakon y Mette-Marit ya llevan 19 años de matrimonio... y sumando. La pareja no ha pasado por alto este aniversario tan especial y, como testimonio público, han querido compartir su felicidad con el resto del mundo subiendo una tierna imagen en la cuenta de Instagram de la princesa. En ella se les ve abrazados y posando con atuendo informal en un espacio abierto indeterminado. Eso sí, por delante agarran un montón de globos rojos con forma de corazón. ¿Qué mejor forma de celebrar su amor?
Estos días han llegado unas imágenes suyas en las islas Lofoten de Noruega, donde han alquilado unas casitas para pasar unos días juntos en familia. Les acompañan sus dos hijos en común, la princesa Ingrid Alexandra y el príncipe Sverre Magnus, pero también Marius Borg, el hijo mayor de Mette-Marit, quien desde hace tiempo ha decidido llevar una vida alejada del protocolo real y sus apariciones se han reducido al mínimo tratando de preservar su vida más íntima viviendo de manera independiente con su novia. Eso no quiere decir que Mette-Marit le haya 'olvidado' y alguna que otra vez sube fotos con él en sus redes sociales.
Los príncipes herederos acaban de pasar una semana junto a los reyes Harald y Sonia, la princesa Marta Luisa y las tres hijas de esta, Maud Angelica, Leah Isadora y Emma Tallulah Behn, a las que arropan con su cariño tras la trágica pérdida de su padre. Todos juntos han disfrutado de un crucero a bordo del Barco Real, con excursiones por la salvaje naturaleza de su país, como bien dieron cuenta de ello a través de distintas fotografías en las que se les veía felices subiendo a una montaña o en una playa, aunque fuera con anorak... Con ello los reyes daban por finalizadas sus vacaciones oficiales, pero como vemos el resto aún está apurando estos últimos días de agosto antes de volver a la rutina.
Haakon y Mette-Marit han querido reunir a todos los suyos para celebrar juntos sus dos décadas de amor. Durante este tiempo han demostrado que su relación era fuerte, tanto como para echar abajo los prejuicios iniciales hacia la princesa, quien llegó a reconocer sus problemas con el alcohol y las drogas en su juventud. Ahora es una mujer sosegada que cumple con su papel a la perfección. En 2018 le diagnosticaron con fibrosis pulmonar, una enfermedad que le hace estar más cansada que antes, por lo que anunciaron que su agenda se vería reducida para cumplir con los criterios médicos de descanso. Aún así, se mantiene al pie del cañón.
En un nivel personal la princesa parece haber conseguido un gran equilibrio. Nos ha abierto las puertas de su casa mientras cenan, cuando hacen deporte en familia, también nos ha descubierto sus aficiones, como el manejo del telar y la cerámica... Es la imagen de una mujer cercana y feliz. Y con el príncipe Haakon siempre apoyándola. Tras 19 años casados, ambos siguen unidos y tan enamorados como siempre.