El rey Carlos III de Inglaterra ha sido coronado este miércoles 5 de julio en Edimburgo, Escocia. Una segunda coronación mucho más austera que la celebrada hace cerca de dos meses en Westminster. Como ya hiciera su madre, la reina Isabel II, hace 70 años, el monarca se ha mantenido fiel a la tradición, acompañado en todo momento por su mujer, la reina Camila, y los príncipes de Gales. En la ceremonia, ha recibido los símbolos de su autoridad en Escocia: la corona (que no se ha puesto), el cetro y la espada del Estado. Un día de pompa y oración en la capital escocesa donde la ausencia del príncipe Harry se ha hecho especialmente notoria.
Carlos III, sin corona en la cabeza
Los eventos de la segunda coronación comenzaban con un recorrido en comitiva entre el palacio de Holyrood y la Catedral de St. Giles, donde ha tenido lugar la ceremonia. Curiosamente, era el mismo trayecto que completó el féretro de la reina Isabel II, en septiembre de 2022, tras su fallecimiento. Como ya sucedió entonces, cientos de curiosos se han agolpado para ser testigos de este 'paso real'. La gran diferencia es que, en esta ocasión, no han faltado los abucheos y las arengas contra la monarquía. "No es mi rey", se ha podido escuchar.
Escocia siempre ha sido tierra hostil para la monarquía británica. De hecho, tras la muerte de la icónica soberana, el apoyo a la Casa Real ha ido menguando, al tiempo que aumentan las bases que piden la independencia del país del Reino Unido.
Honores, 'acrobacias' y ausencias
Una vez en la catedral, la ceremonia ha comenzado con un solemne acto religioso cargado de simbolismo. Carlos III ha recibido la 'Elizabeth sword', una espada inédita en honor a su madre fallecida. También se le ha entregado el cetro y la corona real de Jacobo V. Cabe resaltar que el monarca no ha llevado la joya sobre su cabeza. Esto porque Escocia no está considerado un reino independiente, por lo que sería inapropiado que se le volviera a coronar físicamente.
Tras recibir las pertinentes distinciones, han sonado 21 cañonazos desde el castillo de la ciudad en honor al rey. Posteriormente, nueve aviones de las Flechas Rojas, el grupo acrobático de la Royal Air Force, han sobrevolado el lugar, dejando un rastro rojo, blanco y azul en honor a la 'Union Jack' (la bandera del Reino Unido).
La reina Camila, el príncipe Guillermo y Kate Middleton han arropado a Carlos III durante todo el evento. Una vez más, la princesa de Gales ha acaparado todas las miradas con un vestido azul cobalto y abrigo largo entallado del mismo color. En vez de la tiara, ha optado por un llamativo tocado sobre la cabeza, adornado con una falsa pluma. En el cuello, una gargantilla de perlas perteneciente a Isabel II.
Quien no ha acudido a la ceremonia ha sido el príncipe Harry. Ni él ni su esposa, Meghan Markle. Tampoco se les esperaba. Ninguno de los dos estaba invitado a este día tan importante para la Corona. Como tampoco recibieron invitación para presenciar, el pasado 17 de junio, el desfile 'The Trooping Colours', el evento anual que marca el inicio de las festividades por el cumpleaños de su padre. La relación entre los duques de Sussex y la monarquía no pasa por su mejor momento y la Casa Real sigue apostando por poner distancia.