Los gestos afectuosos en público no son demasiado habituales entre la realeza en general, y menos entre Alberto de Mónaco y su esposa, la princesa Charlène. Pero siempre hay excepciones y hace solo unas horas hemos sido testigos de una de ellas.
La pareja principesca acudía a un acto oficial (de nuevo juntos, lo cual también es reseñable) y allí nos dejaban algunos momentos de complicidad y cariño que han llamado bastante la atención. Charlène estaba espléndida con un look de aire masculino, con camisa blanca, pantalón cargo negro y calzado plano.
Alberto y Charlène se pusieron manos a la obra, y nunca mejor dicho. Juntos colocaron la primera piedra del futuro refugio de la Sociedad para la Protección de Animales (SPA) de Mónaco, ubicado en la comuna de Peille, que será entregado a finales de 2023 y permitirá recibir animales en apuros en las mejores condiciones.
El propio soberano anunció que su esposa será la presidenta de esta asociación. Ambos están muy concienciados con la causa animal. Y ella en particular lleva años demostrando su compromiso a través de su Fundación, dedicada de forma muy especial al rescate de los rinocerontes en Sudáfrica.
Fue precisamente mientras se encontraba en su país natal llevando a cabo una de estas acciones cuando, en la primavera de 2021, Charlène se vio aquejada de una grave infección que terminó por mantenerla alejada de la vida pública durante casi un año.
Durante el proceso de recuperación, "largo, difícil y doloroso", como ella misma dijo en una entrevista, que incluso le obligó a retirarse cuatro meses en una clínica de reposo en Suiza, su ausencia de la agenda del Principado alimentó aún más los eternos rumores de crisis del matrimonio.
De nada servían las palabras de apoyo de su esposo. El hecho es que este pasado verano Alberto y Charlène han celebrado su 11º aniversario de boda posando juntos en los jardines del palacio Grimaldi. Sus hijos mellizos, Jacques y Gabriella, de siete años, son su mayor vínculo.
Desde entonces, la princesa Charlène ha retomado poco a poco el ritmo de sus compromisos. Ahora todo parece que transcurre con normalidad. Tanta que la pareja hasta se permite relajarse ante las cámaras y mostrarse su amor de la manera más tierna.
En esta ocasión, una vez que ambos pusieron la primera piedra en su lugar, Alberto y Charlène de Mónaco posaron unidos de la mano y el monarca incluso le dio un dulce beso a la princesa. Una imagen destinada, una vez más, a acallar todas las posibles sospechas sobre si su relación es real o solo de cara a la galería.