Charlène de Mónaco, triste (pero con mucho estilo) en una misa por la reina Isabel

Desde que el pasado 8 de septiembre la reina Isabel II de Inglaterra falleciera en el castillo de Balmoral (Escocia), los homenajes a la soberana británica no han parado de sucederse. Desde todas las Casas Reales han hecho llegar sus mensajes de condolencia y afecto hacia la familia Windsor lamentando su pérdida y honrando su figura.

Mientras que en todo el mundo se llora a una mujer que deja tras de sí un legado histórico de récord gracias a sus más de 70 años de reinado, el príncipe Alberto y su esposa, la princesa Charlène, no han sido menos y han querido, además, rendirle su especial tributo asistiendo a una misa.

Este domingo la pareja principesca acudió a un servicio de oración y conmemoración en honor de Su Majestad, celebrado en la Iglesia Anglicana de San Pablo en Mónaco. "Estamos muy agradecidos por el apoyo de Sus Altezas el príncipe Alberto y la princesa Charlène y todos los monegascos en este triste momento", ha compartido la embajadora de Reino Unido en Francia y el Principado, Menna Rawlings, quien les acompañó en este acto.

Charlène de Mónaco lucía un original vestido asimétrico de punto, troquelado con cuadros, de Akris, una de sus firmas de confianza. De color negro, por supuesto, en señal de luto. El pelo muy corto y sin apenas maquillaje en el rostro. Después de sus numerosos problemas de salud acaecidos en el último año, la princesa poco a poco ha ido retomando sus compromisos públicos hasta llegar a una cierta normalidad.

Nada más conocer la noticia de la muerte de Isabel II, la princesa compartía una fotografía de la monarca en su cuenta oficial de Instagram, acompañada de un sentido mensaje: "Estoy profundamente triste por la noticia de la muerte de Su Majestad la reina Isabel II, una verdadera gran dama cuya dedicación y servicio fueron reconocidos en todo el mundo durante los 70 años de su reinado. Hoy mis pensamientos están con su familia, sus hijos, sus nietos, sus bisnietos y el pueblo británico".

A su lado estaba su esposo, el jefe de los Grimaldi, quien también firmó en el libro de condolencias facilitado para la ocasión en la sede diplomática. En su mensaje oficial dirigido a la Casa Real británica, el príncipe Alberto se refirió a Isabel II afirmando que "su reinado fue extremadamente inspirador. Será recordada y admirada durante mucho tiempo".