Los rumores de crisis entre la pareja formada por el príncipe Alberto y Charlène de Mónaco habían vuelto a avivarse después de que la princesa no viajara con su marido y sus dos hijos a Disneyland Paris. Unos días después, ella reaparecía junto a su pequeña Gabriella en la Semana de la Moda de Montecarlo y allí ofrecía unas sorprendentes declaraciones, en las que lo desmentía todo. Nos faltaba una imagen del matrimonio ¡y ya la tenemos!
El soberano y su esposa aparecieron este fin de semana en el marco del campeonato de Fórmula 1 a su paso por el Principado. Una cita ineludible para los Grimaldi, quienes lo han dado todo en la vuelta a lo grande de esta cita automovilística. No faltaron los jóvenes Casiraghi, sobrinos de Alberto, acompañados de sus respectivas parejas e hijos. Por fin volvía el esplendor social a Mónaco...
Pero si hubo una presencia llamativa fue la de Charlène de Mónaco. La princesa regresaba a este importante evento y además lo hacía junto a su esposo y sus mellizos. No solo una, sino hasta en dos ocasiones. Primero en las pruebas preliminares y después en la propia carrera.
Lo que más llamó la atención fue la actitud de la pareja, quien se mostró unida, sonriente y relajada. Pocas veces se les había podido captar así, al menos en los últimos años. La mejor prueba fue ver a Alberto y Charlène paseando de la mano como dos enamorados. La princesa estaba radiante con un blusón estampado de Akris.
Al día siguiente, el domingo, el matrimonio volvía a dejarse ver para el Gran Premio de Fórmula 1. Esta vez Charlène eligió un mono azul claro con la espalda al aire de la firma Terrence Bray, el mismo diseñador del que vistió en la Semana de la Moda. Su hija, por cierto, llevaba un vestido de flores de Dolce&Gabbana. De nuevo hubo sonrisas y gestos de acercamiento entre el matrimonio, que al fin podían disfrutar juntos de una de sus citas favoritas del año.