De ella se ha dicho de todo, pero ella siempre ha mantenido el silencio. Hasta ahora. La princesa Charlène de Mónaco poco a poco está retomando su vida, pública y privada, después de haber atravesado un año muy complicado por sus problemas de salud. Aunque no todo terminó con su regreso al Principado y tuvo que retirarse durante otros cuatro meses más para seguir recuperándose en una clínica privada en Suiza.
A su vuelta a la escena pública, cuando todo parecía estar volviendo a la calma y se dejaba ver de nuevo junto a su familia en varios eventos públicos, surgió el supuesto acuerdo que habría firmado con el príncipe Alberto para no separarse y seguir representando a Mónaco en actos oficiales. Todo por 12 millones de euros al año. Pues bien, rompiendo una de sus costumbres de quedarse al margen, ahora es la princesa la que ha tomado la palabra.
El pasado martes Charlène de Mónaco acudía con su hija Gabriella, de siete años, a la entrega de premios de la Semana de la Moda de Montecarlo. Un evento glamouroso para el primer acto en solitario de la princesa y su pequeña. La consorte lucía espléndida con vestido largo. Y su hija hacía lo propio mientras debutaba con más protagonismo bajo la sabia mano de su atenta madre.
No quedó ahí el asunto. La princesa concedió una entrevista al diario francés Monaco Matin y otros medios, en la que se atreve a aclarar todos los últimos puntos calientes sobre su vida. Lo primero, sobre su estado de salud: "Mi salud sigue siendo frágil y no quiero ir demasiado rápido. El camino ha sido largo, difícil y doloroso. Hoy me siento más tranquila", dice.
Más delicado era el tema de su supuesta crisis matrimonial con Alberto de Mónaco. Desde hace años se habla de intentos de separación y últimamente han cobrado fuerza incluso los del divorcio, apuntalados por los testimonios de varios amigos de la pareja.
"Usted quiere hablar de los rumores de divorcio o de mi nueva residencia en Suiza. Me parece lamentable que algunos medios de comunicación difundan tales rumores acerca de mi vida o de mi relación", zanjó la princesa.
Y más en concreto sobre su esposo, añade: "Alberto ha sido un enorme apoyo. Juntos hemos hablado sobre estos rumores y él ha hecho todo lo posible por protegernos a nuestros hijos y a mí".
En el mencionado pacto millonario que habría suscrito se aseguraba también que Charlène desea mudarse a Suiza. Una decisión que la apartaría de la vida diaria de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, quienes se quedarían bajo la custodia de su padre. Algo por lo que la princesa no estaría muy por la labor.
Con estas palabras la princesa Charlène habla alto y claro. Ni se separa ni se va del Principado. Y además, poco a poco está recuperando las fuerzas para retomar sus compromisos de agenda. Desde su regreso la hemos visto en tres ocasiones: en una carrera de Fórmula E, en el torneo de rugby de Santa Devota y en la Semana de la Moda de Montecarlo. Y las que siguen...