Kate Middleton tiene un refugio, un lugar en el que se siente a salvo. Alejada de curiosos. Y no, no es Adelaide Cottage, donde ella reside de forma habitual en Windsor, sino su casa de campo. Es allí donde está ahora instalada y donde tiene previsto pasar todo el verano. Pero, ¿cuál es la razón por la que ha hecho las maletas en un momento como este? El motivo no es otro que las vacaciones escolares de sus hijos.
A unas tres horas en coche de su residencia, Kate Middleton y su familia se han desplazado para disfrutar de tiempo de calidad. Para desconectar, pasear y dejar, al menos durante unos días, la enfermedad que le acompaña desde el pasado mes de enero. Recordemos que a comienzos de año fue sometida a una cirugía abdominal, siendo dos meses después, en marzo, cuando se confirmó que tenía un cáncer, por el que debía someterse a un tratamiento pionero.
Ahora se encuentra en Anmer Hall, una mansión de Norfolk, al este de Inglaterra. Una fantástica propiedad de diez habitaciones y 20.000 hectáreas de terreno que hace casi una década fue reformada. Eso sí, no por cualquiera, sino por un decorador de interiores con el que han contado en más de una ocasión. Allí se sienten en casa y, por eso, la disfrutan tanto en períodos estivales como durante los fines de semana.
Destinaron un millón y medio de euros de sus fondos privados
Tiene estilo georgiano, ladrillos rojos, dos plantas...En definitiva, todas las comodidades que cualquier mortal podría imaginar para la Familia Real Británica, sobre todo desde que desembolsaran un millón y medio de euros.
Durante casi 20 meses un enorme equipo de trabajo se desplazó allí para reformular varias estancias, así como la zona exterior. Entre otros espacios se remodeló la cocina, el invernadero, la pista de tenis o incluso la piscina, la cual se instaló en una zona más discreta.
Fue Ben Pentreath, el encargado de fusionar los estilos que representaban a Kate Middleton y su marido, Guillermo de Inglaterra. Ambos tenían claro lo que querían y, por ello, contaron también con Anne Allen, diseñadora de interiores, que seleccionó varios de los muebles y antigüedades para esta casa de campo digna de cualquier revista.
Cabe señalar que Anmer Hall fue un regalo de Isabel II a su nieto por su boda. Una vivienda en la que han vivido grandes momentos y cuyos muros han sido testigo, por ejemplo, de su confinamiento o donde durante dos años residieron los príncipes de Gales. En concreto, entre 2015 y 2017.
La historia paranormal que esconde
Aunque no solo llama la atención por su amplitud o por el significado que tiene para el matrimonio. También por la historia paranormal que esconde, pues según cuenta la leyenda en ella reside un espíritu. El de un sacerdote católico llamado Henry Walpole, el cual fue ahorcado en el año 1600 por "alta traición".
Nació precisamente en Anmer Hall y, según cuentan, sigue vagando por sus terrenos, algo que no ha preocupado para nada ni a Kate ni a Guillermo. De hecho, es habitual que bromeen sobre ello.
La propiedad es muy cercana a la casa de Carlos III
La casa fue construida en 1802 y es muy cercana a Sandringham, donde vive Carlos III y donde él ha hecho frente a los problemas de salud que le acompañan desde hace meses. Si bien son pocas las fotos que existen de su interior, sí que se han filtrado detalles de la misma. Desde los colores neutros que los príncipes eligieron para pintar las paredes, a la colonia de abejas en la que la pareja hace miel.
Está rodeada de una valla y flanqueada por arbustos, lo que hace imposible que los paparazzis se acerquen y fotografíen a Kate o a cualquier miembro del clan. Un auténtico búnker en el que, en su día, vivieron otros aristócratas o los duques de Kent, así como amigos de la Familia Real británica.
Nos remontamos al pasado año para recordar la oferta que se ofreció para ser vecino de Kate y Guillermo y es que se puso en alquiler una vivienda cercana a su casa. Se trataba de una pequeña cabaña de dos habitaciones, que se podía arrendar por un total de 790 euros mensuales.
El pueblo rural en el que está instalada ahora Kate Middleton
Anmer es un pueblo rural muy tranquilo, donde solo hay 29 casas y un total de 63 vecinos, lo que lo convierte en el lugar perfecto para estar tranquilo. Más aún si estás haciendo frente a un proceso de recuperación como Kate, quien no tiene previsto por volver al trabajo hasta que esté completamente recuperada. "Ha sido un alivio que tolere la medicación", decía su entorno.
Convencida de que retomará su agenda cuando sus médicos le den luz verde, lo cierto es que nadie o casi nadie conoce todavía la fecha de su reaparición. A su lado tiene a su marido y a sus tres hijos, sus mayores pilares y la mejor medicina en el que es su momento más complicado.