Hoy, día 23 de enero, Carolina de Mónaco cumple 63 años. Espléndidos. La primogénita de Rainiero de Mónaco y Grace Kelly continúa siendo la 'reina de corazones', incombustible a las tendencias de 'celebrities' que van y vienen, presumiendo de veteranía con elegancia y naturalidad. Atrás quedaron los amores, los tiempos convulsos, las pérdidas irreparables... Desde hace mucho tiempo la princesa se eleva como el gran símbolo del antiguo esplendor del Principado, heredera de su madre y perfecto baluarte para su hermano Alberto. No en vano, a la muerte de la inolvidable Grace, ella ejerció como Primera Dama en la vida oficial. Primero al lado de su padre y luego en el de Alberto, en un papel relevante e indiscutible. Ni siquiera el matrimonio del príncipe con Charlène ha logrado arrebatarle el cariño que sienten los monegascos por su figura.
Su cumpleaños es una excelente oportunidad para repasar una vida apasionante. Famosa desde la cuna, la primogénita de aquel príncipe mediterráneo y la estrella favorita de Hollywood ocupó las portadas desde el principio. Fue creciendo ante los ojos del mundo, que fueron testigos de cómo se convertía en la princesa más bella de la realeza europea y objeto de deseo... A los 21 años se casó por primera vez con un hombre mucho mayor que ella, pero su gran amor sería Stefano Casiraghi, padre de sus tres hijos mayores. Solo un trágico accidente les separaría.
Luego vendrían más romances, otro matrimonio con Ernesto de Hannover y una hija más... Se separó del príncipe alemán hace más de diez años, pero aún no tiene el divorcio (o no lo quiere). Su vida sentimental ahora mismo es un misterio. Lo suyo es ser madre... y sobre todo abuela. Sus siete nietos le hacen revivir. Y en una época en la que todas y todos sucumben a los retoques estéticos, Carolina ve pasar los días con tranquilidad, con sus arrugas cargadas de vida. Su magia continúa intacta, y aquí tenemos las pruebas.