Aunque la reina Isabel no está pasando ni mucho menos por su mejor momento tras la muerte del Duque de Edimburgo así como de una de sus mascotas, ahora ha recibido una buena noticia. Se ha confirmado que llega un bisnieto a la familia, ya que Beatriz de York está embarazada de su primer hijo junto a su marido, Edo Mapelli, según han revelado fuentes oficiales. "Su Alteza Real la Princesa Beatriz y el Sr. Edoardo Mapelli Mozzi están muy contentos de anunciar que esperan un bebé para el otoño de este año. La Reina ha sido informada y ambas familias están encantadas con la noticia", han dicho. Una llegada que será sin duda muy esperada por todo su entorno.

felipe de edimburgo, reina isabel, beatriz de york

Ilusionados con la nueva etapa que llega a sus vidas, la pareja no ha dejado de recibir mensajes de felicitación desde que durante la mañana de este miércoles se haya conocido la noticia. Fue en julio del pasado año cuando se casaron en privado en el palacio de Windsor, donde asistieron muy pocos invitados y cuyo enlace hizo muy feliz a toda la familia. Cabe recordar que los novios se vieron obligados en los meses anteriores a cambiar su boda por culpa del coronavirus, siendo poco después cuando contrajeron matrimonio. No fue su boda soñada, pero pudieron casarse, aunque fuera en tiempos de pandemia, lo que convirtió su 'sí, quiero' en uno de los más atípicos de la Familia Real Británica.

Aunque para Beatriz sí que es su primer hijo, no lo es para su marido Edoardo, quien tiene un hijo de cinco años, fruto de su relación anterior. Por ello, el pequeño que nazca el próximo otoño ya tendrá un compañero de juegos, lo que colmará de felicidad a toda la familia. Eso sí, también tiene primos por parte de la familia materna, ejemplo de ello el hijo de su hermana Eugenia de York, quien acaba de cumplir tres meses.

Beatriz de York

Su luna de miel fue cuanto menos polémica y es que el hotel que escogió la pareja en el sur de Francia costaba una media de 3000 euros la noche. Los recién casados optaron por el hotel Santa Caterina, en Amalfi, donde la suite especial tenía un coste que, por supuesto, no es apto para todos los bolsillos.