La pedida de mano de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar fue oficializado por la Casa Real después de haber asegurado en más de un comunicado que lo que había entre ellos no era más que una amistad. Elena y Jaime se conocieron en París mientras estudiaba, pero fue durante un viaje a Asia cuando saltaron las chispas entre ellos. A pesar de los comunicados de la Casa Real, entre la infanta y el aristócrata surgió una relación sentimental siendo una revista quien anunciase por primera vez su noviazgo con unas fotos en primicia. Después, su pedida de mano se convirtió en una de las más mediáticas que se recuerdan. Te contamos todos los detalles.
La Infanta Elena y Jaime de Marichalar se conocieron en 1987 cuando la hija de Juan Carlos y Sofía viajó hasta París para estudiar un curso de literatura francesa. En su mismo centro, estudiaba el navarro Jaime de Marichalar, y fue donde tuvieron su primera toma de contacto. Dos años más tarde, coincidieron en un viaje a Asia junto a unos amigos y fue donde saltó la chispa entre ellos. Ambos, comenzaron a verse con frecuencia y poco a poco fueron construyendo una relación a espaldas de la prensa. La pedida de mano no tuvo lugar hasta el 26 de noviembre de 1994, pero en enero de ese mismo año ya se habían publicado las primeras imágenes de la pareja en actitud cariñosa, a pesar de los comunicados de la Casa Real donde aseguraban que se trataba de una "amistad".
"El amigo más íntimo de la infanta Elena", fue el titular de la portada de 'Diez Minutos' donde se publicaron las imágenes. En ellas, aparecía la infanta bajándose de un coche mientras el aristócrata le ayudaba con las maletas y entraban en una casa en actitud cariñosa. Después, la prensa siguió su rastro y la pareja realizó varios viajes juntos. Fue en junio de ese mismo año, cuando '¡Hola!' se atrevió a dar los primeros titulares que hablaban de pedida de mano y de contraer matrimonio. "La infanta Elena podría casarse en los próximos meses", decían las líneas de la revista, que sin embargo, proponía a tres posibles candidatos ya que además de Jaime de Marichalar, la infanta Elena fue vista en varias ocasiones con dos de sus amigos, l jinete Alfredo Fernández Durán y el archiduque Jorge de Habsburgo.
El Palacio de la Zarzuela abrió sus puertas ese 26 de noviembre de 1994 para recibir a más de cien fotógrafos, periodistas y paparazzis tras convocar una rueda de prensa. Los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía junto a la infanta Elena y Jaime de Marichalar, anunciaron su compromiso sellando su amor con una joya histórica. Los prometidos celebraron una ceremonia íntima donde la prensa no estuvo invitada, en la que se supone que el rey otorgó el permiso y la bendición a Jaime tras hincar la rodilla de casarse con su primogénita. Después, la Familia Real al completo salió a los jardines del palacio para comunicar a todos los medios de comunicación del momento que los rumores eran ciertos y que iban a contraer matrimonio.
En la mismas escaleras de la entrada al edificio donde celebraron pedida de mano, la infanta Elena se mostró mucho más cercana con la prensa que los días anteriores en los que se negó a hacer declaraciones, Elena incluso piropeó a Jaime destacando que era cariñoso, atento y tenaz. Él exageró asegurando, entre risas, que "la infanta es tan magnífica que sería larguísimo enumerar sus cualidades". La prensa les hizo todo tipo de preguntas y ellos respondieron con naturalidad e intentado demostrar todo su amor en público. "Nos queremos casar desde hace mucho tiempo, pero lo hemos mantenido en secreto", respondió Jaime a una de las preguntas y Elena añadió: "Lo decidimos hace un mes".
Un reloj y una joya histórica
Los periodistas, por supuesto, preguntaron por los regalos que se habían hecho en la pedida. Jaime recibió un reloj Royal Oak de la firma suiza predilecta de su futuro padre político, Audemard Piguet, y Elena fue agasajada con un anillo de la joyería madrileña Ansorena montado con brillantes pertenecientes a la tiara Marichalar, una diadema que el abuelo de Jaime regaló a su madre y que pertenece a la familia del aristócrata. Hablamos de una tiara de dos pisos con hojas de laurel de cristal en el primero y meandros griegos en el segundo con piedras preciosas.
En cuanto a su vestimenta, la pareja quiso dar una buena imagen de formalidad y compromiso entre ellos frente a la prensa. Jaime de Marichalar llevó un traje de chaqueta clásico azul marino de doble botonadura y corbata rosada sembrada de maleza, y la infanta Elena lució un dos piezas formado por un vestido de gasa y una casaquita adamascada cerrada con dos botones de nudo chino. El conjunto estaba firmado por Petro Valverde, el mismo diseñador hispalense que confeccionó su traje de novia poco tiempo después.
El retrato de la Familia Real al completo fue el momento más esperado de la pedida de mano. Tras el comunicado de la infanta y las preguntas de la prensa, se unieron Felipe y Cristina, la madre de Jaime, Concepción Sáenz de Tejada que se mostró muy emocionada, y las infantas Pilar y Margarita acompañadas de los cinco hermanos de Jaime: Amalio, Ana, Álvaro, Ignacio y Luis. Sin embargo, en noviembre de 2007, la Casa del Rey anunció con un comunicado que la Infanta Elena y Jaime de Marichalar habían acordado "un cese temporal de la convivencia", tras numerosos rumores sobre la situación del matrimonio y sus continuas crisis después de su compromiso y enlace matrimonial. Desde entonces, la pareja hace vida por separado.