Andrea Casiraghi (40 años) nació 8 de junio de 1984 en estos días donde las nubes del cielo saben ya a puro verano, época estival que luego se convertiría en su favorita del año. Así lo demostró todo el tiempo que fue el objeto de deseo de muchos paparazzi que habitualmente le fotografiaban sin camiseta, cigarro en mano y con su melena rubia de corte surfero al viento, acudiendo a todos los eventos en los ‘Beach club’ más exclusivos de Ibiza. El hijo primogénito de Carolina de Mónaco (67 años) dio mucho material a la prensa rosa en los meses de calor, pues en su juventud no se perdía ninguna fiesta, prefiriendo siempre el disfrute de la noche en la que no era tan habitual ver asistir a otros miembros de la realeza.
Su infancia estuvo muy marcada por la ausencia, cuando a la temprana edad de seis años perdió a su padre Stefano Casiraghi de forma trágica. Este muere el 3 de octubre de 1990 en un accidente mientras participaba en una carrera de lanchas en las aguas de Montecarlo, concretamente en el Campeonato del Mundo de ‘offshore’ donde siempre ostentaba el primer puesto.
La trágica pérdida que marco su adolescencia más rebelde
Una pérdida que le tocó de lleno al ser el más mayor de sus hermanos y con la que tuvo que luchar, pues ya era suficientemente consciente de lo que pasaba a su alrededor. Fernanda Biffi, su abuela materna, reveló como Andrea siguió usando las prendas de su padre años después de su marcha, como un modo de tenerle presente a diario.
Este hecho traumático marcó el devenir de su historia vital, pues solo unos años después todo este sufrimiento sería tapado por una adolescencia bastante frenética, donde mostró su cara más rebelde que le hizo llevarse el título del “príncipe díscolo”.
Sin desmerecer a su tía, Estefanía de Mónaco (59 años), Andrea Casiraghi parecía competir con ella en cuanto a portadas y polémicas se refiere durante su juventud. Muchos son los años que han pasado desde que su nombre siempre viniera de la mano de la palabra escándalo, ahora, mucho más tranquilo y discreto, abandona la treintena con un perfil mucho menos polémico. La madurez de espíritu le ha llegado a través de la paternidad —junto a su mujer Tatiana Santo Domingo— y las responsabilidades que esto conlleva, máxime cuando se tiene tres hijos.
Los escándalos de Andrea Casiraghi que distaban mucho de su título de príncipe
El príncipe Andrea estudió en uno de los mejores colegios toda su infancia, el de Saint-Remy, el cual fue la antesala de sus estudios en el prestigioso instituto llamado International School of Paris, institución privada a la cabeza de la enseñanza en habla inglesa. La carrera la cursó en la Universidad Americana de París, donde se licenció en Artes Visuales y Política Internacional de forma holgada.
España siempre ha estado en el corazón del royal, no solo por el máster que cursó en Madrid sobre empresa, también por sus frecuentes viajes de ocio a Ibiza, donde fue visto en más de una ocasión algo pasado de copas. De esta guisa también se le vio en 2011, cuando la policía francesa le tuvo que dar el alto por conducir a 200 km/h con su deportivo, motivo por el que le quitaron el carnet y le incautaron el vehículo.
Nada hacía presagiar como pocos años después, anunciaría su novedoso compromiso con una de las grandes amigas de su hermana Carlota Casirahi, la diseñadora de moda Tatiana Santo Domingo. Una bella estadounidense de ascendencia colombiana a quien conoció porque ambas habían estudiado juntas en el pasado.
La pareja sufrió un flechado por el que fueron novios durante siete años hasta que en 2013 decidieron casarse por lo civil en Mónaco. No fue hasta unos meses posteriores que decidieron pasar por el altar en una ceremonia religiosa que celebraron cerca de su residencia actual en Gstaad (Suiza) donde ha establecido su vida como padre de familia de lo más tranquila en compañía de su querida familia.