Lo natural está moda y también en el mundo de la cosmética. Te descubrimos los ingredientes más beneficiosos para tu piel
La vuelta a lo natural es una evidencia. Y también en el mundo cosmético que nunca deja de sorprendernos. Y lo hace con sus progresos y su manera de integrar ingredientes que la naturaleza pone a nuestro alcance. ¿Sus objetivos? potenciar la belleza, la salud de nuestra piel y prevenir el envejecimiento. Pero también hacer diana en las necesidades que cada rostro reclama de manera personalizada. Y es en este aspecto en el que las nuevas formulaciones nos traen buenas noticias.
Vuelta a lo natural con combinaciones ganadoras
Entre esos ingredientes nos encontramos algunos elementos de la naturaleza que nos resultan familiares. Muchos de ellos con antiquísimo prestigio farmacológico como el regaliz. Su poder antioxidante e iluminador, unido a su efecto antimanchas, capaz de actuar directamente sobre la melanina, lo convierten en uno de los imprescindibles en este listado.
Tampoco se queda atrás el hamamelis. Su capacidad para calmar y descongestionar lo han convertido en un imprescindible de muchas líneas cosméticas. Pero si hay uno que está ganando adeptos en esta vuelta a lo natural, es el eneldo. Un potente antiedad que retrasa la conocida como senescencia celular. O lo que es lo mismo, el envejecimiento de las células hasta que dejan de dividirse pero sin llegar a morir. Gracias a esta hierba aromática se consigue reducir la producción de la proteína del envejecimiento, y aumentar la producción de la proteína de la juventud.
Sus extraordinarios ingredientes activos actúan en sinergia para ofrecer una acción que combate los signos del envejecimiento. Aporta hidratación, firmeza y elasticidad. Y consigue una piel lisa y con una reducción evidente de las arrugas. Una vez más vuelta a lo natural se convierte en protagonista. Trufa blanca, eneldo, perla natural y péptidos antiedad crean la sinergia perfecta para reestructurar y preservar la juventud de la piel. El oro de 24 kilates se encarga de aportarle el toque sublime regalando al rostro la luz que la edad se empeña en restar.