La reina Isabel II siempre se mantuvo muy discreta y sin artificios. Le gustaba el maquillaje natural aunque también le gustaba utilizar labiales en tonos rojizos y rosas para realzar y embellecer sus labios, siendo el único detalle de color que se permitía. ¿Cuáles eran los secretos de tocador de la monarca?
Las barras de labios, su producto fetiche
Aunque nunca ha desvelado sus trucos de belleza, las fotografías a lo largo de su reinado han desvelado algunas de sus costumbres en sus rutinas beauty. Aunque intentaba ser muy discreta a la hora de retocarse los labios, lo cierto es que más de una vez fue captada por los objetivos dándoles un toque de color en tonos rojizos o rosas.
De hecho, tal era la fascinación que tenía la reina Isabel II por los tonos rojos y rosas en los labios que para el día de su coronación solicitó un tono concreto, una tonalidad que estaba entre el rojo y el rosa y que combinara con la corona y las joyas que iba a portar en tan importante día.
El rojo de labios se ha asociado a un poder de subir la moral en épocas difíciles. Esta tendencia de comprar más rojo de labios durante las crisis económicas se conoce como el Efecto del Pintalabios Rojo o Teoría del Pintalabios Rojo. Esta teoría sugiere que en tiempos de incertidumbre financiera, los consumidores tienden a comprar artículos que tengan menos impacto en sus fondos disponibles, como el pintalabios, que es un lujo asequible. El término fue acuñado por Leonard Lauder, presidente emérito de Estée Lauder, quien observó que las ventas de pintalabios de color rojo aumentaban antes de una crisis económica.
Además, la teoría se remonta a la época de la Gran Depresión y fue reforzada durante los atentados del 11M y las crisis recientes. El rojo de labios se vende más en épocas de crisis porque representa un lujo accesible que permite a las personas mantener su autoestima y sentido de belleza sin gastar demasiado, obviamente no era el caso de la reina pero tal vez si que tenía ese poder de elevar la autoestima y el estado de ánimo al verse favorecida.
Las marcas beauty preferidas de su majestad
Se ha podido saber que una de las marcas que la reina Isabel II utilizaba en su rutina era la marca francesa Clarins. ¿Cómo se conocen estos datos? Gracias a los Royal Warrants, una autorización real como proveedor de la Casa Real Británica que se otorga a las marcas que sirven a las residencias reales. Este sello ha conseguido que podamos conocer algunas de las marcas beauty que se le servían a la monarca.
Las barras de labios, la crema de manos y los polvos matificantes que utilizaba la reina Isabel II en su rutina de belleza eran de la marca Clarins. Otro de los proveedores de la Casa Real Británica era la marca estadounidense Elizabeth Arden y por eso hemos podido saber que la reina era fiel a su icónico bálsamo ‘Eight Hour’, un producto todoterreno que sirve para suavizar cutículas, labios, como prebase de maquillaje, para aliviar rozaduras, sequedad… un básico que a la reina le entusiasmaba.
La reina se protegía mucho del sol y hemos podido verla siempre con sombrero o pañuelos para protegerse de los efectos dañinos del astro rey que provocan una producción masiva de radicales libres, responsables directos del envejecimiento prematuro. Mantuvo toda su vida una piel inmaculada y prácticamente de porcelana. Efecto que acentuaba con los polvos matificantes de Clarins y un colorete en tono rosado.
Los aromas favoritos de la reina
En cuanto a sus perfumes una de las marcas que proveía a la casa real era la británica Floris. Esta marca ha marcado historia dentro de la familia real inglesa ya que ya utilizaba sus aromas el mismísimo rey Jorge IV. Las personas más allegadas a la reina Isabel II aseguran que su perfume de cabecera era ‘White Rose’ de la marca Floris.
Gracias a Royal Warrant también hemos podido saber que los jabones y geles de baño que utilizaban en palacio eran de la marca Molton Brown, una pequeña peluquería londinense donde confluían artesanos perfumistas que elaboraban productos de belleza, aromas para el cabello y líneas de baño deliciosas que utilizaba la reina en sus residencias.
No llevaba las uñas pintadas, al igual que Kate Middleton o la reina Letizia ¿tiene algo que ver con el protocolo? Lo cierto es que si no llevas las uñas maquilladas pero sí con una buena manicura y cuidadas es imposible que la prensa pueda pillarte con unas uñas que no estén 100 % perfectas, ya sabemos que es fácil que el esmalte pueda descascarillarse o levantarse.
La reina Isabel II tenía un esmalte favorito y era de Essie, el tono 'Ballet Slipper', un color nude muy discreto que deja la uña con un efecto muy natural que las embellece sin estridencias y que pasa realmente desapercibido.
La monarca cuidaba sus rutinas de belleza pero sin caer en la ostentación, con los labiales rojos y rosas como protagonistas, las cremas de manos y los deliciosos aromas en el baño, además de unas uñas discretas, un aroma sutil y floral nada invasivo y un bálsamo todoterreno para recuperar la piel en cualquier circunstancia. Una rutina beauty básica pero que sigue estando a la orden del día.