Si odias maquillarte cada día, toma nota porque esta es la alternativa con la que podrás dar vacaciones al make up de la mirada. En un maquillaje completo es esencial la máscara de pestañas, porque da forma, aporta volumen, fija y las realza. Además, devuelve la vida a los párpados sin apenas tocarlos y centra la atención en esa parte del rostro, haciendo que tenga más luz y vitalidad. Sin embargo, no siempre queremos o podemos aplicarnos la máscara todos los días por la mañana y para eso el tinte de pestañas sale a tu rescate.
Desde Llongueras nos ofrecen la alternativa ideal que evitará la necesidad de aplicar el producto a diario. La respuesta es el tinte de pestañas, un tratamiento con el que conseguirás el mismo resultado en cuanto a color e intensidad que si usaras la máscara todos los días.
¿Qué es el tinte de pestañas?
Se trata de una especie de baño de color que aporta volumen y definición a las pestañas, además de intensificar la mirada. Este tratamiento consiste en colorear toda la hebra de la pestaña, desde las raíces hasta las puntas. Se lleva a cabo de una forma muy cuidadosa, ya que la zona de los ojos es una de las más delicadas de la cara.
Una de sus mayores ventajas es que consiste en un tratamiento sencillo y rápido, de aproximadamente una hora de duración, y con resultados visibles de inmediato. Aunque es cierto que, una vez transcurridos tres o cuatro meses, dependiendo del tinte escogido y de cada tipo de pestaña, estas van volviendo a su estado natural.
Coloración intensa, duradera y efecto máscara
El tinte de pestañas debe hacerse en un centro especializado de belleza, es recomendable que lo aplique un profesional para conseguir una coloración perfecta y duradera: “El tratamiento consiste en la aplicación de una coloración en las pestañas para conseguir un tono más intenso, realzar la mirada y obtener un efecto máscara de pestañas a diario”, afirman desde Llongueras.
¿Cómo se realiza el tratamiento?
En primer lugar se realiza el diseño con ayuda de un lápiz. Esto permite corregir cualquier imperfección y adaptarse al deseo de cada clienta. Una vez que el paciente ha elegido el diseño y color del pigmento, que generalmente es el negro, se da comiendo al tratamiento, siempre a manos de un especialista. No suele exceder de hora y media de duración.
La primera semana después del tratamiento el tono del ojo va a intensificarse, y a partir del séptimo día, se empezará a pelar. Esto hará que baje el color en hasta un 50%, por lo que es importante saber que los resultados de los primeros días no serán los resultados finales. A partir de la tercera semana, volverá a subir el tono un 10%, el cual se mantendrá hasta el repaso final, que deberá realizarse aproximadamente después de unas seis u ocho semanas. El fin es terminar de fijar el pigmento en aquellas zonas donde más se haya bajado el color.
¿El resultado? Unas pestañas de color intenso, con una mayor sensación de volumen y espesor que tienen como resultado una mirada profunda y llena de luz. Tiene una duración de entre 6 y 8 semanas aproximadamente. Pasado este tiempo habría que acudir al salón a retocar el producto.