El uso constante de la mascarilla y el roce con la piel provoca irritaciones y rojeces, pero ¿qué ocurre si de forma natural la piel ya sufre alguna patología? La empeora. Está demostrado, la utilización de mascarillas puede empeorar los problemas de la piel que ya existen o causar otros nuevos. Si a esto además le añadimos el calor y la humedad del verano, los efectos se pueden agravar. Un ejemplo de ello son los brotes de rosácea, de dermatitis atópicas o seborréica y lo que hoy llamamos Maskné: el acné que se produce o
agrava por el uso de la mascarilla.
El constante roce de la mascarilla con la piel, el clima de verano, el sudor, el ambiente húmedo generado por la saliva y el aliento en el interior de la mascarilla, va a generar ese microambiente que hará que aumente la secreción de sebo y el poro quede
cerrado.
Te damos los consejos para evitar el llamado Maskné
Darle importancia a la limpieza facial diaria. Utiliza un limpiador con una base oleosa para que atrape la grasa y otro con base acuosa que se active con el agua y tenga propiedades hidratantes.
También es muy importante realizar siempre la limpieza con agua tibia(¡ni demasiado fría, ni demasiado caliente!).
Termina con una crema y un sérum que hidrate y nutra.
Limita el uso de maquillaje. El maquillaje bajo la mascarilla puede pronunciar y acelerar los efectos del Maskné, por ello es recomendable evitar los productos de maquillaje oclusivos, que no dejen respirar la piel.
Si tienes que maquillarte hazlo con los productos más ligeros y procura que tu piel está maquillada las menos horas posibles.