Que Sálvame no está pasando por su mejor momento no es un secreto para ninguna de nosotras. El programa de las tardes de Telecinco ha tenido este verano uno de sus peores datos de audiencia de la historia y la tensión en el plató es cada día más creciente. El formato, en un intento de generar contenido más atractivo y de seguir divirtiéndonos a todos como lleva haciendo desde hace ya más de doce años; no para de tener ideas de lo más alocadas y de crear secciones de lo más originales. Durante las vacaciones vimos a Anabel Pantoja reaccionar a su sorprendente documental, Anabel al desnudo; en las últimas semanas se confirmaron los fichajes como colaboradoras de Carmen Alcayde y Alba Carrillo; y ahora Carlota Corredera ha querido crear tensión entre los espectadores anunciando que supuestamente se ha cortado la melena de manera radical.

«¿Me ha cortado la melena Manuel Zamorano o no? La respuesta, mañana jueves, en Sálvame»; escribía la presentadora a través de su perfil de Instagram. Lo hacía a través de un sorprendente vídeo en el que aparecía en el salón de belleza del estilista de SEMANA, con el pelo recién lavado y visiblemente más corto. Un cambio de look radical que, sin embargo, creemos que tiene truco. Y es que nuestra experiencia nos dice que esto es un falso bob muy bien ejecutado.

Carlota Corredera se pone en manos de Manuel Zamorano y se corta la melena

Se suele decir que el diablo sabe más de viejo que por diablo y nosotras, que ya llevamos bastantes años analizando la actualidad más fashion del panorama actual, nos conocemos ya todos los trucos. Y es que, aunque en el vídeo parece que, efectivamente, Carlota Corredera se ha cortado (y mucho) la melena; lo cierto es que bien podría tratarse de un falso bob. Y es que, como hizo la Reina Letizia en la 36 edición de los Premios de periodismo Francisco Cerecedo, todo apunta a que la presentadora de Sálvame ha apostado por un falso bob para sorprender a la audiencia. ¿Que qué es eso? Muy sencillo. Se trata de esconder el pelo doblándolo hacia dentro y sujetándolo cuidadosamente con horquillas para crear un efecto bob de lo más acertado. Un cambio de look que no necesita de un buen tijeretazo con el que la periodista conseguía lo que quería: sorprender (una vez más) a la audiencia.