Los pilares fundamentales sobre los que se sostiene el cuidado básico de los pies son tres: higiene, hidratación y una pedicura perfecta. Las grietas en los talones, las callosidades, las uñas encarnadas o la deshidratación son problemas comunes en verano. Pero tranquila, solo tienes que seguir unos sencillos consejos para resetear tus pies y ponerlos a punto para el nuevo curso. ¡Apunta!
1- Sécalos de forma correcta
Los pies sudan mucho durante los meses más calurosos, así que la limpieza debe ser muy frecuente. Pero igual de importante que la higiene, es el secado: mantenerlo secos evitará el mal olor y las infecciones causadas por los hongos. Estos microorganismos se extienden por todo el cuerpo, pero a la hora de quedarse a vivir tienen sus preferencias: el talón, las uñas y la zona de entre los dedos.
2- Hidrata de manera continua
Si la piel no está hidratada tiende a acumularse y endurecerse, con lo que se favorece la aparición de durezas y grietas en los pies. Además de aplicarte diariamente tu crema hidratante y nutritiva, (que debe de ser untuosa y contener entre sus activos como la urea), añade un plus a tu rutina. Una vez a la semana, antes de acostarte, aplica una generosa cantidad de crema hidratante en tus pies y ponte unos calcetines de algodón. Acuéstate y pasa la noche con ello ya que el calor favorece la penetración. Las cremas con manteca de karité y el aceite de argán también van muy bien.
3- Exfolia suavemente
No es necesario exfoliar nuestros pies todos los días, con 2 o 3 veces por semana es suficiente. Lo ideal es hacerlo tras un largo baño caliente, así se puede trabajar la piel más fácilmente. A continuación, date un masaje haciendo hincapié en cada uno los dedos.
4- Utiliza la piedra pómez
El contacto continuo con el calzado, el sobrepeso o simplemente el hecho de andar descalza por casa acaban provocando un aumento de la sequedad en los pies que origina durezas y grietas. Para eliminarlas, utiliza tres veces por semana la piedra pómez, pero hazlo suave y ten cuidado de no excederte.
5- Por último, cuida tus uñas
No solo hay que pintarlas para que estén bonitas, también hay que nutrirlas para que estén fuertes. Además, no olvides trabajar los bordes de las uñas después de cortarlas para darles formar y suavizar las esquinas. Utiliza limas de cartón, madera o cristal y evita las de metal. Hazlo desde el borde hacia el centro y, siguiendo la misma dirección, para evitar abrir las uñas en capas.