Quizá nadie se haya parado a pensar el por qué no adaptamos nuestros cuidados capilares a la estación del año en la que nos encontremos mientras que sí hacemos lo propio con los cuidados en rostro y cuerpo. No utilizamos los mismos cosméticos durante el invierno que durante el verano. Eso es un hecho. Pues al igual que ocurre con el cuidado de la piel, debemos hacer lo mismo con el cuidado capilar. Si no lo estás haciendo ya, es un grave error. Y te contamos el por qué.
Año nuevo, melenaza nueva
En el inicio de un nuevo año siempre adquirimos compromisos que después abandonamos. Y no debería ser así, tampoco en lo que respecta a nuestra imagen. Un diferente corte o peinado es perfecto para evidenciar que empezamos algo nuevo, pero también para sentirnos más positivos y felices tras un 2020 aciago para tantas personas. Ya en las antiguas culturas se le daba mucha importancia al cabello, era vital para la supervivencia en el caso de los cazadores y exploradores, que se conectaban literalmente con el viento y la naturaleza a través de su pelo.
Pero para tenerlo en buen estado, es necesario utilizar productos de máxima calidad que no lo dañen ni lo estropeen. El frío en invierno, la lluvia, la calefacción, etc… no ayudan y por ello algunos profesionales del sector recomiendan cambiar de champú no sólo con la llegada de las bajas temperaturas: “El cambio de champú y acondicionador es muy importante dependiendo la época del año. Es un error utilizar siempre el mismo y de ahí que los tamaños de venta sean de 250 o 300ml. Lo adecuado es observar que necesita nuestro cabello en cada momento, si protección, volumen, nutrición, elasticidad, hidratación… “ – comenta Sonia Atanes, directora del salón de taninoplastia SAHB en el Paseo de la Castellana de Madrid.
¿Cómo encontrar el champú perfecto para nuestro pelo?
Algo muy importante en lo que deberíamos fijarnos al comprar un champú, son sus ingredientes: “Es mucho mas importante de lo que parece, hay que saber interpretar las etiquetas de los productos, como por ejemplo la durabilidad de un envase abierto - que es un pequeño dibujo de un bote con los meses puestos encima - o los ingredientes y el orden que llevan en el código INCI (etiqueta). Cuánto más al principio está, mayor cantidad en su composición. De esta forma, podemos valorar su calidad. Debemos buscar según las necesidades de nuestro cabello y de ahí la importancia de dejarse asesorar. A evitar, el hidróxido de sodio que es un agente muy agresivo” – nos cuenta Sonia Atanes.
Por ello, debemos optar por productos que nutran y recuperen nuestro cabello. Así mismo lo explican los expertos. “El cabello necesita nutrición y regeneración todo el año, también en invierno, una línea de productos que hidrate y rejuvenezca instantáneamente para recuperar el brillo. De acondicionadores, buscar los que reestructuren sin apelmazar el cabello. Los nuestros mezclan quinoa, mango, proteína de lino, goji, granada y papaya y el spray leave-in, que es perfecto para rociar el cabello sin necesidad de aclararlo. Va muy bien con extensiones, clip-in o cabellos de fibra” – explica Víctor López, del grupo TH Cosméticos que distribuye en España California Mango, marca vegana y ecológica.
Tratamientos y productos para conseguir un pelo adaptado a cada estación
En primer lugar, debe cuidarse con productos adecuados y de buena calidad, hay que entender que cada cabello y cada persona necesitan un producto concreto en cada momento y que no todo vale para todos: “En invierno, los tratamientos antiestáticos y protectores térmicos son lo mejor, ya que no solo nos protegen de las herramientas térmicas, también de los cambios de temperatura. En primavera, tratamientos de células madre o fortalecedores para revivirlos. En verano, tratamientos nutritivos y protectores solares para prevenir los estragos del sol. Y en otoño, recomiendo nutrición capilar post verano y anticaída para preparar el cabello para el invierno. Si en cualquier momento del año notamos cualquier anomalía, hay que hacer un diagnostico mas profundo para tratar el cabello de forma más personalizada” – concluye Sonia Atanes.