La caspa es una problema del cuero cabelludo que afecta tanto a hombres como mujeres. Si bien es cierto que no se trata de un problema de salud grave, a veces provoca inseguridad. Incluso puede condicionarnos el día a día e influir en nuestro modo de vestir para tratar de disimular esas pequeñas escamitas blancas que aparecen en la zona del cuello y los hombros.
Se estima que alrededor de un 50% de la población la padece. A menudo la caspa puede estar acompañada de irritación, haciendo este problema todavía más molesto. La farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia, y experta en dermofarmacia, explica que hay dos tipos de caspa: "seca y grasa. La caspa seca es fruto de la descamación del cuero cabelludo y suele ser blanca y más pequeña. La caspa grasa es más amarillenta, pegajosa y se asocia con el cuero cabelludo graso".
Causas de la caspa
- Factores emocionales: nuestro estado de ánimo puede influir en la problemática de la caspa. Aunque sus orígenes generalmente se asocian a factores genéticos o medioambientales, el estrés físico, emocional, la depresión o ansiedad pueden ser los causantes de la caspa o estar detrás de su agravamiento en personas predispuestas a padecerla.
- Dermatitis seborreica: esta enfermedad de la piel se manifiesta en diferentes zonas, entre ellas, el cuero cabelludo. Se asocia a la producción de caspa grasa con picor e inflamación.
- Proliferación de un hongo naturalmente presente: la malassezia furfur se trata de una levadura presente de manera natural en la piel, aunque se encuentra, sobre todo, en zonas con abundantes glándulas sebáceas. Una de ellas es el cuero cabelludo. Cuando este hongo prolifera en exceso, provoca una inflamación que acaba desencadenando la caspa.
- Desequilibrios hormonales. Las hormonas que controlan las glándulas sebáceas tienen un papel destacado en la aparición de la caspa, pues producen ácido oleico. Esto hace que muchas personas durante la adolescencia, época de grandes cambios hormonales, puedan sufrir caspa.
Qué hacer para eliminarla
La farmacéutica Rocío Escalante recomienda "en primer lugar saber qué ha provocado la caspa y si se trata de caspa grasa o seca. A partir de allí, hay que elegir un champú anticaspa específico que ayudará a controlar el brote, aliviar el picor y la irritación. Cuando no conseguimos controlarla así, es preciso acudir a un dermatólogo. Este tipo de afección puede volver a aparecer, por eso conviene usar, al menos una vez a la semana, un champú anticaspa, si eres propenso a padecerla, cepillar el pelo a diario y controlar el estrés".