La familia Preysler siempre ha sido sinónimo de sofisticación, elegancia y belleza atemporal. Isabel Preysler, considerada un icono de estilo durante décadas, ha sabido transmitir a sus hijas, Tamara Falcó y Ana Boyer, no solo un impecable sentido de la moda, sino también un especial cuidado por su imagen. Su presencia en eventos y alfombras rojas genera un interés constante en su apariencia, y los sutiles retoques estéticos que han adoptado se han convertido en tema de conversación entre expertos en belleza.
A pesar de que ninguna de ellas ha confirmado abiertamente todas las intervenciones que han podido realizarse, los cambios en su rostro y figura a lo largo de los años sugieren el uso de tratamientos estéticos no invasivos y alguna que otra mejora sutil.
Desde la medicina estética hasta el uso de procedimientos quirúrgicos muy bien ejecutados, las mujeres del clan Preysler mantienen un equilibrio entre la naturalidad y el refinamiento, apostando por retoques que embellecen sin alterar en exceso sus rasgos característicos.
Ana Boyer, Tamara Falcó e Isabel Presyler, juntas de fiesta.
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“Las componentes de la familia Preysler, lo primero que hay que decir, es que parten de una muy buena genética y, por supuesto, de unos buenos y sanos hábitos de vida, que incluyen alimentación sana y ejercicio regular. Todo ello imprescindible para complementar con una rutina de cuidado médico estéticos, adecuada y personalizada en cada caso”, explica el Dr. Alberto Morano, director de Clínica Morano, del grupo de Clínica Tufet.
Los tratamientos básicos que tienen en común
Es evidente que han hecho uso de tratamientos básicos de medicina estética y recomendables a cualquier persona que quiera cuidarse. Según nos ha confirmado el doctor, estaríamos hablando de:
- Infiltraciones periódicas de neuromoduladores para suavizar las arrugas de expresión
- Infiltraciones regulares de complejos vitamínicos, ácido hialurónico no reticulado, e inductores de colágeno, que tratan la piel hidratándola y nutriéndola de los factores fisiológicos que se han ido perdiendo por el paso del tiempo y que se acentúan por factores externos, como la exposición solar o el estrés
- Aparatologías médicas, como la radiofrecuencia y el láser de luz pulsada, que evita la flacidez, uniformiza el color y disminuye los lentigos y manchas solares, aportando un punto de luminosidad realmente potente
“Todos estos tratamientos van encaminados al rejuvenecimiento natural, sin producir alteraciones en la forma del rostro ni en los volúmenes naturales faciales”, añade.
Isabel Preysler: el arte de desafiar el paso del tiempo
A sus 74 años, Isabel Preysler sigue siendo una de las mujeres más elegantes de España y su rostro refleja un cuidado meticuloso. Si bien su genética privilegiada puede jugar un papel importante, también es evidente el uso de tratamientos estéticos para mantener su piel firme y luminosa. Se dice que ha recurrido a la radiofrecuencia, los hilos tensores y la mesoterapia con vitaminas para preservar la elasticidad y frescura de su cutis.
Una joven Isabel Presyler en 1980.
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“Pienso que también ha hecho uso del algún tratamiento más invasivo o intervencionista. Ha recurrido alguna cirugía como el lifting, el estiramiento de la piel, algún retoque en la nariz (rinoplastia) y una definición del contorno malar, proyectando ligeramente los pómulos, bien con productos de relleno, bien con alguna prótesis, dando soporte al tejido facial, evitando así la caída del mismo. Es muy importante no excederse en este tipo de tratamiento si no queremos un resultado grotesco”, afirma el especialista.
Isabel Presyler se mantiene estupenda a sus 74 años.
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Pero este no es el único procedimiento en la opinión del experto. “Es posible que se haya realizado una bichectomia, esto es, la extracción de la grasa de las mejillas para tener un aspecto más afinado del contorno facial. También este tratamiento debe ser muy prudente, pues el exceso puede provocar una cara enjuta y envejecida”, declara.
Sin embargo, el secreto de Isabel Preysler parece radicar en la combinación de tratamientos menos invasivos con un estilo de vida saludable y una rutina de belleza rigurosa.
Tamara Falcó: la evolución de su belleza
Tamara Falcó ha experimentado una notable transformación en los últimos años, pasando de un estilo más aniñado a una imagen sofisticada y elegante.
Su rostro luce más estilizado, lo que podría indicar una lipoescultura facial para afinar los rasgos, así como el uso de ácido hialurónico en los pómulos y la mandíbula para definir su contorno. “Otros tratamientos que pienso que posiblemente se haya hecho es la definición del ángulo mandibular y un perfilado o hidratación de labios”, declara el experto.
Tamara Falcó en su juventud.
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“Además de los tratamientos antes mencionados para el cuidado de la piel, como neuromoduladores e infiltración de nutrientes, puede haberse hecho una rinoplastia. Por otra parte, reconocido por ella para también resolver un problema de respiración”, continúa. Además, la toxina botulínica en la frente y el entrecejo ha suavizado sus expresiones, aportando un aspecto relajado y juvenil.
Tamara Falcó en el último desfile de Pedro del Hierro.
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Su piel radiante sugiere tratamientos como peelings químicos, mesoterapia con vitaminas y la aplicación de láser para mejorar la textura y luminosidad. En cuanto a su sonrisa, la colaboradora televisiva podría haberse sometido a un tratamiento de carillas dentales para lograr una dentadura uniforme y blanca, un sello distintivo en su nueva imagen.
Ana Boyer: la discreta sofisticación
La menor del clan Preysler, Ana Boyer, siempre ha optado por un perfil más discreto, aunque su apariencia también ha evolucionado con el tiempo. A diferencia de su madre y su hermana, su transformación ha sido mucho más sutil, apostando por un cuidado minucioso de la piel y pequeños retoques estéticos que potencian su belleza natural.

Una joven Ana Boyer en 2011.
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“Pienso que tiene un especial cuidado con su piel, posiblemente con la aplicación de una buena rutina cosmética, acompañada del correspondiente peeling de ácido que tan buen resultado tiene. También, como en los casos anteriores, revitalización con vitaminas, plasma, y algún aparato estimulante del colágeno. Todo esto hace que no se vea una cara excesivamente tratada y sí, en cambio, una buena aplicación de los métodos de la medicina estética”, explica el especialista.
Ana Boyer en la actualidad en una presentación de Trucco.
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Algunos expertos especulan que ha podido recurrir a la toxina botulínica en dosis mínimas para evitar la aparición de líneas de expresión prematuras, así como a rellenos de ácido hialurónico en la zona del mentón y pómulos para afinar el rostro. Su figura esbelta y tonificada responde a un estilo de vida saludable, donde el deporte y la alimentación equilibrada juegan un papel clave.
En definitiva, lo que destaca del clan Preysler es su capacidad de adoptar la medicina estética con inteligencia, apostando por mejoras que embellecen sin modificar en exceso sus facciones.
Desde el uso de tratamientos no invasivos hasta procedimientos quirúrgicos de gran precisión, Isabel, Tamara y Ana han encontrado el equilibrio perfecto para mantenerse radiantes a lo largo de los años.