En un universo mediático dominado por las figuras más visibles de la realeza británica, como Kate Middleton o Meghan Markle, la figura de Sophie de Edimburgo (antes conocida como condesa de Wessex) ha ganado protagonismo silenciosamente, gracias a su elegancia sobria, su creciente rol institucional y su renovada imagen. A sus 59 años, la esposa del príncipe Eduardo ha experimentado una evolución física sutil pero evidente, que ha avivado el interés por los retoques estéticos entre las royals.
Su presencia en actos oficiales y eventos internacionales, como el funeral de Isabel II o la coronación de Carlos III, ha sido comentada no solo por su peso institucional, sino también por su impecable aspecto.
A diferencia de otras figuras públicas que han optado por procedimientos invasivos más notorios, Sophie parece haber apostado por la medicina estética desde una perspectiva conservadora y coherente con su imagen: discreta, elegante y natural. Su rostro, ligeramente rejuvenecido, muestra señales de una renovación estética progresiva que ha sido objeto de atención por parte de expertos en estética facial.
Botox estratégico y rellenos con efecto lifting
Uno de los cambios más comentados en el rostro de Sophie de Edimburgo es la visible atenuación de las arrugas de expresión, especialmente en la frente y el contorno de los ojos. “Lleva clarísimamente tratamientos con neuromoduladores en el tercio superior porque se ve que las arrugas de expresión no se notan. De hecho, es un tratamiento muy recomendable en pieles tan finas como la suya para evitar que las arrugas de expresión se marquen”, explica la doctora Beatriz Beltrán.
Es posible que se haya sometido a tratamientos de relleno con ácido hialurónico.
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Además, se especula con el uso de rellenos dérmicos a base de ácido hialurónico, especialmente en los surcos nasogenianos y pómulos. Esta técnica no solo ayuda a reposicionar el volumen perdido por el paso del tiempo, sino que también proporciona un efecto lifting sin cirugía. “Por otro lado, a pesar del paso de los años, mantiene definición en el óvalo facial por lo que sospecho que se ha realizado algún tratamiento con láser tensor o radiofrecuencia para prevenir y corregir la flacidez”, añade.
En cuanto al labio, y según comenta la experta, “lo mantiene armónico y natural pero no ha perdido volumen ni ha envejecido, lo que me hace pensar que se ha sometido a tratamientos con hialurónico para rejuvenecimiento e hidratación de esta zona de forma muy natural”, continua.
Mejoras en la textura y luminosidad de la piel
Otra de las transformaciones que ha experimentado la royal británica afecta a la calidad de su piel. Sophie de Edimburgo presenta un cutis más uniforme, con poros afinados y una notable mejora en la luminosidad. Esto podría deberse al uso de tratamientos como el láser fraccionado, la radiofrecuencia facial o incluso peelings químicos de grado médico, técnicas muy populares entre mujeres de su edad que desean rejuvenecer sin bisturí.
Para su piel es posible que se haya hecho tratamientos como el láser fraccionado, la radiofrecuencia facial o incluso peelings.
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Asimismo, es posible que recurra a protocolos de hidratación profunda como las mesoterapias con vitaminas o skinboosters, capaces de devolver a la piel ese brillo saludable que muchas buscan a partir de los 50. Su maquillaje natural y su estilo sobrio potencian esta sensación de cuidado y frescura, demostrando que un buen tratamiento estético puede pasar desapercibido y aun así lograr resultados notables.
“Ella tiene una piel muy fina y un fototipo muy bajo lo que quiere decir que forma arrugas con más facilidad y por otro lado manchas faciales… aunque en las fotografías actuales se puede apreciar ligeras manchas faciales, creo que se ha podido someter a algún tratamiento con láser facial tipo IPL, para mejorar la luminosidad y manchas. De hecho, es muy recomendable hacerlo una vez al año y, contrariamente a lo que piensan los pacientes, no tenemos por qué dejar de tomar el sol en verano si se protegen adecuadamente”, declara Beatriz.
Una imagen rejuvenecida sin renunciar a la naturalidad
Lo más destacado del cambio de la duquesa de Edimburgo no es el procedimiento en sí, sino la forma en la que se ha ejecutado. En tiempos en los que muchas figuras públicas optan por retoques evidentes y a menudo cuestionables, la nuera de Isabel II ha sido ejemplo de cómo envejecer con gracia sin renunciar a la ayuda de la medicina estética.
Su transformación ha sido progresiva, sin grandes saltos entre una aparición y otra, lo que refuerza la hipótesis de un trabajo planificado con criterio y mesura. “Son tratamientos preventivos y correctivos que no hacen cambiar la expresión del rostro y mantienen tu mejor versión”, sentencia la experta.
La royal puede presumir de una imagen rejuvenecida y muy natural.
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Esa coherencia estética también ha sido acompañada por un notable cambio en su estilo: peinados más pulidos, maquillaje bien ejecutado y una elección de estilismos más actuales que han reforzado su presencia institucional. Este conjunto de elementos, junto a los sutiles retoques, ha hecho que muchos la sitúen como una de las royals mejor vestidas y más rejuvenecidas del momento.