Las vitaminas son clave para el correcto funcionamiento del organismo. Pero tu piel también las necesita, sobre todo ahora, tras un verano repleto de sol y playa. Aplicadas en cremas y sérums, aportan infinitos beneficios: protegen, calman, potencian la renovación celular... Apunta, estas son las cuatro que debes incluir en tu neceser desde ya.
Vitamina C
El ácido ascórbico es la forma que más se utiliza en los productos para el cuidado de la piel. Eso sí, su composición debe estar siempre entre el 10% y el 20% de vitamina C pura para poder apreciar sus potentes beneficios. Lo más recomendable es aplicar esta vitamina por la mañana, ya que protege la piel de los factores externos que la agreden a diario como la radiación ultravioleta o la contaminación. Elígela en forma sérum o concentrado y aplícate unas gotitas antes de tu crema hidratante. Y recuerda: el fotoprotector es el mejor compañero de la vitamina C. Su acción conjunta logra bloquear hasta el 91% de los radicales libres.
Vitamina A
Cuando la vitamina A penetra en la piel, se convierte en su forma activa, llamada ácido retinoico. Éste penetra profundamente en las capas de la dermis, estimulando el colágeno y la elastina que producimos. Su trabajo principal es mejorar el aspecto de la capa exterior del rostro, beneficiando el proceso de renovación celular. Es uno de esos básicos que deberías tener en el neceser, porque sirve para todo: suaviza las arrugas, mitiga las manchas y afina los poros. Se aconseja su uso por la noche, retirándolo bien por la mañana y aplicando crema solar antes de salir de casa.
Vitamina B3
También es conocida como niacinamida. Es la vitamina por excelencia para prevenir y tratar los síntomas del envejecimiento natural del rostro, como la flacidez o la falta de elasticidad. Además, es ideal para combatir síntomas como enrojecimiento e irritación. La niacinamida no es fotosensibilizante, por tanto, puede usarse en cualquier momento del día, aunque por sus beneficios antioxidantes lo ideal es aplicarla por la mañana.
Vitamina K
La vitamina K ayuda a mejorar la circulación sanguínea, por lo que no solo actúa eficazmente contra ojeras muy marcadas y oscuras, sino que también disimula venitas. Además, es infalible para las pieles sensibles o reactivas y funciona estupendamente para tratar la dermatitis atópica o irritaciones solares. Puede ser utilizada hasta dos veces al día y es apta para todo tipo de pieles. Mejor aún si se combina con vitamina C, E, árnica o cafeína.