La mirada es uno de los principales puntos de atención del rostro humano. A través de los ojos comunicamos emociones, intenciones y también revelamos los signos del paso del tiempo. Con los años, es común que la piel del contorno ocular pierda elasticidad, aparezcan bolsas de grasa o incluso un exceso de piel que puede llegar a interferir en la visión. En este contexto, la blefaroplastia se presenta como una opción quirúrgica eficaz para devolver frescura y vitalidad al rostro.

Cada vez más personas recurren a este procedimiento, no solo con fines estéticos, sino también por motivos funcionales. Aunque suele asociarse con el ámbito femenino, cada vez más hombres se interesan por esta intervención, en busca de una imagen más descansada y juvenil.

Pero, ¿en qué consiste exactamente la blefaroplastia, quiénes son los candidatos ideales y qué resultados pueden esperarse? Hemos hablado con el Dr. Juan Sergio Fernándes Andrade (cirujano y médico estético de Clínicas Dorsia), quien nos ha resuelto todas las dudas.

¿Qué es la blefaroplastia?

La blefaroplastia es una cirugía plástica cuyo objetivo principal es corregir los defectos del párpado superior, inferior o ambos. “Se realiza para solucionar problemas estéticos como el exceso de piel y las bolsas de grasa”, explica el experto. El resultado es una apariencia más firme, despierta y rejuvenecida, sin alterar la expresión natural del rostro.

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Es una intervención que se realiza para quitar el exceso de piel y las bolsas de grasa. 

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Se puede realizar tanto superior e inferior, y el doctor nos ha explicado las diferencias: “La blefaroplastia superior se enfoca en resecar la piel redundante y eliminar dos bolsas de grasa localizadas en los compartimientos interno y medio del párpado superior. Por otro lado, la blefaroplastia inferior se realiza para la resección (o eliminación) de tres paquetes de grasa, que incluyen una interna, media y externa. Dependiendo de las necesidades del paciente, este procedimiento se puede realizar a través de la conjuntiva (si no hay piel que resecar) o con una incisión en el borde inferior de las pestañas.”, afirma.

Esta intervención se puede llevar a cabo de forma aislada o en conjunto con otros procedimientos como el lifting facial o el uso de toxina botulínica. Aunque es mínimamente invasiva y con una recuperación relativamente rápida, se trata de una cirugía que requiere precisión, conocimiento anatómico profundo y una planificación personalizada, adaptada a cada paciente.

¿Quién debe considerar esta cirugía?

“El perfil más común de los pacientes que solicitan una blefaroplastia es el de personas mayores de 40 años, especialmente a partir de los 50. Sin embargo, también se realizan procedimientos en personas más jóvenes que presentan bolsas en los párpados inferiores debido a factores genéticos”, declara.

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El perfil más común es a partir de los 40 años.

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Es decir, los candidatos ideales para una blefaroplastia son personas, generalmente mayores de 35 años, que presentan signos visibles de envejecimiento en la zona ocular: párpados caídos, exceso de piel, bolsas grasas marcadas o sensación de ojos cansados. Aunque, además de los motivos estéticos, también existen motivos médicos.

“Las principales razones por las que una persona opta por una cirugía de párpados consisten en mejorar la mirada, conseguir una mejor apertura ocular, así como eliminar el peso de los párpados superiores sobre las pestañas, es por esto por lo que no solo es un procedimiento con fines estéticos, sino que también puede ayudar a los pacientes a sentirse más cómodos, con una mayor confianza en su apariencia y en algunos casos, mejorar la visión”, añade el doctor.

¿Cómo se realiza la intervención?

La blefaroplastia se realiza generalmente bajo anestesia local con sedación, aunque en algunos casos puede requerirse anestesia general, sobre todo si se combina con otros procedimientos. “El procedimiento dura entre 1 y 2 horas, dependiendo de si se interviene el párpado superior, inferior o ambos”, confirma.

En el párpado superior, el cirujano realiza una incisión siguiendo el pliegue natural del ojo, lo que permite ocultar la cicatriz con discreción. En el párpado inferior, la incisión puede ser subciliar (justo debajo de las pestañas) o transconjuntival (en el interior del párpado, ideal para casos sin exceso de piel). A través de estas vías, se elimina o redistribuye la grasa acumulada, se ajusta el músculo y se retira el exceso cutáneo si es necesario.

El postoperatorio y la recuperación

La recuperación tras una blefaroplastia es generalmente rápida y poco dolorosa. “Es normal presentar inflamación y moretones que disminuyen gradualmente en los primeros días. Los resultados comienzan a apreciarse a partir de la segunda semana, pero los efectos definitivos suelen verse entre las semanas 4 y 6, una vez que ha bajado completamente la inflamación y los tejidos se han asentado”, explica.

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Los efectos definitivos suelen verse entre las semanas 4 y 6

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Los puntos suelen retirarse entre el quinto y séptimo día, momento en que la mayoría de los pacientes ya pueden retomar actividades cotidianas, aunque se recomienda evitar el ejercicio intenso durante al menos dos semanas. El resultado final puede apreciarse de forma progresiva a lo largo de uno a tres meses, cuando la inflamación cede por completo y las cicatrices maduran.

Resultados: ¿vale la pena?

Los resultados de la blefaroplastia suelen ser altamente satisfactorios. Los pacientes notan un rostro más descansado, joven y armonioso, con una mejora importante tanto en el aspecto físico como en la autoestima. Al tratarse de una cirugía que no altera los rasgos faciales, el efecto es natural y discreto, evitando el temido “efecto operado”. “Es cierto que es la operación más solicitada en el rostro en aquellos pacientes mayores de 40 años, tanto mujeres como hombres, en un porcentaje de 70/30 aproximadamente”, afirma el doctor.

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Es la operación más solicitada tanto en hombres como mujeres. 

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Este tipo de cirugía debe ser realizada exclusivamente por profesionales especializados: cirujanos plásticos certificados o cirujanos oculoplásticos (oftalmólogos con formación en cirugía estética ocular). Elegir un profesional calificado garantiza no solo un resultado estético adecuado, sino también la seguridad del procedimiento.

Tenemos que ser muy claros y honestos con nuestros pacientes, aclararles y explicarles los resultados: no en todos los pacientes son iguales. Por ejemplo, no podemos esperar que pacientes con edades avanzadas, respondan igual que pacientes más jóvenes.”, sentencia el experto.

Es importante destacar que, aunque los resultados son duraderos, la blefaroplastia no detiene el envejecimiento. Sin embargo, una buena rutina de cuidado de la piel, una alimentación equilibrada y el uso de protección solar pueden prolongar significativamente los efectos de la intervención.