El broche de La Peregrina: la enigmática perla objeto de deseo de la Reina Letizia

La Reina Letizia se coronó como la más elegante en la misa funeral en honor de Fernando Gómez-Acebo. El primo hermano del Rey Felipe falleció el pasado 1 de marzo, a los 49 años, a causa de sus problemas respiratorios, y toda la familia Borbón quiso arropar a los suyos en estos momentos tan tristes. Entre todas las damas presentes, Doña Letizia sobresalió con gran diferencia, paseando con el look más regio y portando una de las joyas con más valor del joyero de la Casa Real: el broche de La Peregrina. Su historia es tan apasionante como llena de misterios. 

La Catedral Castrense de Madrid fue el solemne escenario en el que se congregaron no solo los Reyes Felipe y Letizia, sino también los Reyes eméritos, las Infantas Elena y Cristina y un largo etcétera de miembros de la realeza, la aristocracia y el mundo empresarial.

La Reina Letizia, la única invitada 'royal' con vestido en el funeral

Tenemos que destacar que la mayoría de las asistentes mujeres lució atuendos de pantalón, incluida la Reina Sofía, quien sigue asombrando con su juvenil y moderno estilo a los 85 años. Su look en la boda del alcalde Almeida fue de diez. En contraste, Letizia fue la más clásica.

La soberana eligió un vestido midi, con un patrón atemporal e impecable. Cuello amplio redondo, manga tres cuartos con hombreras, cuerpo ajustado y falda de vuelo de capa, todo ello con detalles de desflecados en puños, cintura y bajo las caderas. Negro, por supuesto, como manda la tradición y la etiqueta en estos casos. Su bolso de mano era de Armani y sus salones destalonados de tacón medio eran de Massimo Dutti.

La espectacular joya de la Reina Letizia que marca la diferencia

Pero, como en casi todos los casos, la diferencia está en los detalles. Y la Reina Letizia decidió apostar fuerte y adornar la sobria pechera de su vestido con una joya espectacular. El broche de La Peregrina era la carta de presentación de este look: deslumbrante, contundente, sin igual. Todos los ojos se van inevitablemente hacia esta pieza.

La última vez que le vimos el broche fue para asistir al funeral de Constantino de Grecia, que tuvo lugar el 16 de enero de 2023 en Atenas. El adiós al tío materno de Don Felipe y último monarca de los helenos era internacional y de máxima etiqueta, por lo que se entendió perfectamente que sacara esta joya tan especial.

Utilizar La Peregrina para la misa funeral de Fernando Gómez-Acebo podría parecer excesivo (y más si comparamos su look con el resto de invitadas), pero esto no hace sino recalcar la importancia que este homenaje tenía para Letizia.

La leyenda negra de la perla de La Peregrina

En realidad es solo la perla que cuelga la pieza que se conoce como "La Peregrina": una perla con forma de pera o lágrima de un tamaño excepcional, de ahí su rareza y su valor. Además de su antigüedad.

Cuentan las crónicas que esta perla fue hallada en el siglo XVI en el llamado Archipiélago de las Perlas, en Panamá. Se dice que fue un esclavo indígena el que la encontró y que este se la entregó a su amo, Pedro de Temez. De este pasaría a las manos del Rey Felipe II, convirtiéndose a partir de entonces en uno de los tesoros de la realeza española.

Las soberanas españolas Margarita de Austria e Isabel de Borbón lucieron La Peregrina y con ella posaron en los retratos de Velázquez.

Si bien el 'viaje' de esta perla no pararía en los siglos sucesivos. La Peregrina, así bautizada por su carácter exótico y precioso, permaneció en el monasterio de El Escorial hasta el siglo XIX. Entonces fue robada por las tropas francesas durante la invasión napoleónica y la Guerra de la Independencia.

Tras la caída del imperio de Napoleón Bonaparte el rastro de esta perla se perdió hasta 1848 en París. La española Eugenia de Montijo, esposa del emperador de Francia Napoleón III, también llegó a custodiarla.

La verdadera Peregrina: de Liz Taylor a Letizia

A partir de entonces La Peregrina sufrió mil aventuras y fue de subasta en subasta. En 1969 el duque de Abercorn la puso a la venta y la adquirió nada menos que el actor Richard Burton para su entonces esposa, Elizabeth Taylor, gran amante de las grandes joyas, que luego la adaptó en un collar de rubíes y diamantes hecho por Cartier. A la muerte de la estrella, en 2011, la perla volvió a subastarse en nueva York y encontró un comprador por 11,8 millones de dólares.

Es ahí donde surgen las dudas. Entonces, ¿cuál es la 'verdadera' Peregrina? Esa pieza o la que tiene la Casa Real española. En todo caso, ambas serían magníficas. Hasta la escritora Carmen Posadas le ha dedicado una novela, "La leyenda de La Peregrina".

No podemos obviar que una leyenda negra persigue a esta joya desde el principio. Y es que se le atribuyen maldiciones y desgracias a sus poseedoras. Algunas soberanas del pasado, es cierto, han sufrido muertes prematuras.

Volviendo a nuestro presente, tanto la Reina Sofía como la Reina Letizia han llevado esta perla en muchas ocasiones. Lo de los problemas podría ser debatible, pero no vamos a echar la culpa a la perla... 

Como anécdota tenemos que recordar que durante la Pascua Militar de 2022a la Reina Letizia se le desprendió el broche de su vestido y fue el Rey Felipe quien galantemente lo recogió del suelo para entregárselo de nuevo.

Un broche con brillantes y perlas perteneciente a las "joyas de pasar"

El broche se compone de un rosetón de brillantes que enmarca una gran perla redonda, del que a su vez cuelga esta enorme perla con forma de pera. Es una pieza que puede colocarse en otros broches.

Este broche forma parte del conocido como lote "de pasar", es decir, el conjunto de valiosísimas joyas que legó la Reina Victoria Eugenia, esposa del Rey Alfonso XIII, a sus futuras sucesoras en el trono.

Un legado entre reinas que no es un regalo envenenado, sino todo lo contrario. Lucirlo, conservarlo y presumir de él es su exclusivo orgullo.