Segunda aparición de la semana para la Reina Letizia, quien esta mañana se ha citado con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en su sede de Madrid. Reunión de trabajo para la que, al verla llegar, nos ha dejado con cara circunspecta. Es decir, no sabemos muy bien qué se ha puesto o con qué intención, pero vamos a tratar de analizarlo.
Para empezar: un vestido de tweed de Adolfo Domínguez. Sí, un tejido cálido en pleno verano, con el termómetro rondando los 40 grados... Un modelo (antiguo) de cuello caja (es decir, cerrado) con manga francesa, largo a la rodilla y escote y bajos desflecados. A ver quién entiende esto: Letizia se descubre los brazos en otoño y hasta en invierno, pero ahora prefiere taparse... Solo se nos ocurre que el aire acondicionado en interiores pasa factura y hay que 'abrigarse'. Pero esto sería como aceptar pulpo como animal de compañía, ¿no?
Por otra parte, la Reina ha decidido innovar. Mezclemos el tweed con algo original y aparentemente inconexo con el estilo clásico de la prenda principal para lograr un efecto ¡oh!. ¿Alpargatas de cuña? ¡Venga! En su caso, unas cuñas de cuero marrón de Uterqüe (89 euros), que estrenó en agosto de 2019 para una salida al cine en familia durante sus vacaciones en Mallorca.
Hemos hablado mucho del idilio de Letizia con las alpargatas para el verano y con esto confirmamos que va en aumento. Porque cómodas y bonitas son, pero no pegan en absoluto en este estilismo. Ni siquiera haciendo 'match' con el cinturón que se ha puesto, en el mismo tono.
Más incomprensible aún es la elección del bolso: la pieza blanca con asa de cadena de Furla. Precioso en sí mismo, chocante en este conjunto. Tampoco parece idóneo para una reunión de trabajo. ¿Qué fue de sus carteras de ejecutiva? De todos modos, una de ellas hubiera sido inviable con este vestido.
Mucho nos tememos que Letizia no está acertando con el estilo en sus últimas apariciones. Desde luego, este último es un look demasiado mezclado como para hacer un buen cóctel, por no hablar de que nos sube la temperatura al rojo vivo... Conclusión: un NO rotundo.