La Reina Letizia parece que no tuvo su mejor día en la Jura de la Constitución de la Princesa Leonor, sí a nivel de estilo con un vestido azul de Carolina Herrera, pero no de humor. Su cara seria en muchas ocasiones hizo saltar las alarmas y las preguntas. Pero todo se 'arregló' por la noche. Para la fiesta privada y familiar del 18 cumpleaños de la heredera en el Palacio de El Pardo, su gesto ya era otro. Al menos lo que pudo ser captado a su llegada al lugar, en el asiento de copiloto de un coche conducido por el Rey Felipe. Aunque no podido captar del todo el atuendo de la soberana (un vestido negro de cuello redondo y sin mangas), sí que observamos las joyas que lucía. Gracias a ella misma, todo hay que decirlo. Hubiera sido muy fácil pasar de largo sin más, pero aparte de unas sonrisas y saludos, Letizia nos regaló el detalle de colocarse el pelo por detrás de la oreja y con ello descubrimos las pulseras que llevaba: las gemelas de Cartier.
Así las conocemos, como los brazaletes 'gemelos', por ser iguales. Y además por tratarse de unas de las piezas más importantes del joyero real. Y es que forman parte del llamado "lote de pasar" que legó la Reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, a sus sucesoras en el trono. Un joyero con piezas exquisitas que tienen un valor incalculable, tanto histórico como económico.
El hecho de que la Reina Letizia se las pusiera para un evento no público ha generado cierto debate. Por más que fuera para celebrar la mayoría de edad de su primogénita, culminando los eventos de una jornada institucional de primer nivel, hablamos de una fiesta "privada" con la etiqueta más relajada. ¿El uso para 'cualquier cosa' devalúa su significado?
La Reina Letizia fue criticada por combinar las piezas de Cartier con un diseño 'low cost'
No es la primera vez que se ha criticado en cierto modo la utilización de estas pulseras por parte de la Reina Letizia. Las ha lucido en múltiples ocasiones en actos oficiales de envergadura (Cenas de Gala, Premios Princesa de Asturias...), pero también recordamos una vez en la que cuando las sacó fue bastante cuestionada.
En junio de 2017 sorprendió acudiendo a los Premios Princesa de Girona con un mono blanco de Massimo Dutti y los dos brazaletes de Cartier juntos en su muñeca. Esta fue una decisión chocante, ya que de alguna manera equiparaba y ponía a la misma altura un diseño 'low cost' con unas joyas de mucha relevancia.
Las pulseras de Cartier fueron una coronita que Alfonso XIII regaló a su futura esposa
En su origen estas pulseras nada tenían que ver con este uso. En realidad salieron de una pequeña corona que el Rey Alfonso XIII regaló a su entonces prometida y futura esposa, Victoria Eugenia de Battenberg, con motivo de su boda, en 1906. Esta coqueta pieza la realizó la casa Cartier a base de diamantes y con la parte inferior adornada con esmeraldas y rubíes y diamantes. En la época se valoró en más de 600 euros. Una cantidad que ahora nos parece ridícula, pero que entonces era toda una fortuna.
La Reina Victoria Eugenia, nieta de la reina Victoria de Reino Unido, se la puso en muchas ocasiones solemnes, como la apertura de las Cortes. Pero luego llegó la República a España y el exilio. Con ella empaquetó sus joyas y ya en su madurez encargó a Cartier que rehicieran esta coronita para permitir un uso más versátil y actual. La remodelación consistió en transformarlas en las dos pulseras que han llegado hasta la actualidad. Esta forma ha hecho que sus sucesoras, entre ellas la Reina Sofía y la Reina Letizia, cuenten con ellas entre sus favoritas para muchos tipos de estilismos. No diríamos que de calle, pero sí cuando se requiere un plus fiesta, como era este caso.
A las pulseras de Cartier, la Reina Letizia sumó otras valiosas piezas "de pasar": los pendientes de chatones. Estos también los ha lucido muchas veces. Le favorecen y la hacen brillar. En un día tan importante para la Princesa Leonor, su madre eligió su mejor versión, aunque fuera en privado.