La Reina Letizia hoy estaba encantada. Feliz de viajar fuera de España, en concreto a Senegal, y de representar a nuestra lengua en la inauguración del nuevo centro del Instituto Cervantes en Dakar. Hablando de estilo podía haber elegido hacer un homenaje a las famosas telas enceradas del país africano, pero quizás era demasiado y ha preferido tirar por lo discreto. Aunque, eso sí, ha vuelto al verano...
Un vestido de gasa con estampado floral ligero, vaporoso y reciclado. Es un diseño de Adolfo Domínguez que estrenó en agosto de 2018 para recibir al presidente Pedro Sánchez en el palacio de Marivent durante sus vacaciones en Mallorca. Después se lo volvió a poner en julio de 2019 en la clausura del II Seminario de Educación Patrimonial en la Escuela de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. Su precio original era de 260 euros y se agotó prácticamente al momento.
Un modelo por debajo de la rodilla de tipo cruzado, con escote a pico, que estiliza más el cuello y el pecho, manga tres cuartos acampanada y lazada del mismo tejido. El tono coral es su punto fuerte, tan favorecedor y luminoso. Con las puertas del invierno entreabriéndose, nos hace añorar el pasado verano. Recuerda más a Oriente que a África, pero no siempre podemos exigir un guiño.
Las más cálidas temperaturas en Senegal han permitido a la Reina Letizia sacarlo de nuevo del vestidor sin que nos llevemos las manos a la cabeza. De hecho, con él ha paseado bastante relajada, se la veía cómoda. E incluso en un momento ha sacado un abanico para darse aire.
Adolfo Domínguez es una de sus firmas más confiables, incluso desde antes de entrar en el mundo de la realeza. Ya presentando el informativo en TVE solía lucir de vez en cuando chaquetas del modisto.
El toque más desenfadado lo ha apuntalado con la coleta alta y ondulada en las puntas. Anoche aterrizó en el aeropuerto con la melena al viento.
De pendientes, los mismos que a su llegada, los de daga de brillantes de Gold&Roses. También seguía en su mano el anillo dorado de Karen Hallam.
Con el calzado tampoco se ha complicado demasiado, eligiendo unos salones de ante de Magrit, con la plataforma integrada, pero en rosa, quizás para marcar algo de contraste.
La Reina llevaba las manos libres, sin cartera ni bolso, para poder moverse y saludar a placer.
Hoy mismo está previsto que regrese a España, tras un viaje relámpago, pero reconfortante, si bien con nada nuevo de estilo que aportar. Aún nos queda otra oportunidad, el próximo miércoles, cuando presida junto al Rey Felipe la XVI Gala Anual del Comité Olímpico Español, donde además se brindará un homenaje a los deportistas olímpicos de Tokio 2020.