La Reina Letizia prosigue en tierras americanas. Si ayer se reunía con académicos para hablar de la Lengua española apostándolo todo al rojo, hoy ha reaparecido para llevar a cabo el fin primordial de su viaje a Los Ángeles: la inauguración del nuevo Instituto Cervantes. Para ello ha elegido un conjunto en tonos más tranquilos, en blanco y beige, pero con una tónica común: el abrigo colocado por encima de los hombros. Toda una 'lady'.
Blanco radiante es el vestido midi que se ha puesto. Uno ya conocido: lo estrenó el pasado marzo para acudir a la inauguración de la Pasarela Cibeles, a la que por cierto no iba desde hacía once años. Todo el mundo nos desvivimos por saber de dónde era esta prenda, sin éxito. Por eso mismo se ha especulado con que podría estar confeccionada por la modista de palacio.
Letizia ya atesora una buena colección de vestidos blancos en su armario (aquí podéis repasarlos todos). Como vemos, le gustan tanto para el verano como para el invierno. Aunque el blanco parecía prohibido para el frío, ahora se ha convertido en uno de los grandes giros de la moda.
Este es un diseño exclusivo y único hecho para ella (abstenerse las fans del 'efecto Letizia'), que guarda muchos puntos en común con otros vestidos de su fondo de armario. Tiene largo midi, es cerrado, con manga larga abullonada, falda fluida de línea trapecio y una gran abertura frontal.
Para contrastar la ligereza del tejido, la Reina Letizia se ha echado sobre los hombros un abrigo. Que California suele presumir de buenas temperaturas, pero tampoco tanto como para ir a cuerpo. Este es nuevo, un modelo clásico, con grandes solapas, botones en negro, cinturón y de color cámel, uno de los infalibles de la temporada, siempre en tendencia. De Carolina Herrera (como el rojo de ayer) y cuesta 1.100 euros.
La melena suelta y lisa (juvenil y profesional a la vez), con un maquillaje muy bonito, en el que destacaban los ojos marcados en un tostado anaranjado. Perfecto para animar la mirada y disimular cualquier 'jet lag'. De joyas, unos aros dorados que ya le conocemos, además de su sempiterno anillo de Karen Hallam.
En la mano llevaba un bolso bicolor blanco y beige (claro) de Carolina Herrera, que data de 2015. Y a los pies, unas sandalias destalonadas con tiras cruzadas en el empeine de Magrit.
Después de hacerse pública ayer la nueva tarjeta de felicitación navideña de la Casa Real, coincidiendo con su viaje a Estados Unidos, en la que sus hijas vuelven a copar el protagonismo en solitario, la Reina Letizia ha reaparecido en clave de moda española. Del rojo pasión al cámel/blanco, con un resultado elegante y clásico. Nunca falla. Desde aquí, la Reina regresa ya a España para reencontrarse con la familia en estos días tan mágicos con Leonor de vuelta a casa.