Lo vemos todos los domingos por la noche en Antena 3, en la serie turca 'Secretos de familia', convertido en Eren, el policía y amigo fiel del protagonista Ilgaz Kaya (Kaan Urgancioglu). Tiene 50 años y procede de una familia numerosa, siendo el menor de nueve hermanos. Ugur estudió Teatro en la Universidad de Ankara y desde entonces no ha dejado de trabajar, tanto en teatro, como en televisión y cine. A España han llegado otros de sus trabajos televisivos como Kara sevda y Amor en blanco y negro.

¿Cómo es Ugur?

Es difícil describirse, pero podría decirte que soy una persona que tiene miedo de romper el corazón de los demás. La compasión y la conciencia son mis puntos de referencia. En cuanto tengo alguna sospecha de que alguien no está siendo justo, me alejo inmediatamente. Por otra parte, lo paso mal cuando tengo que decirle algo difícil a alguien. A veces soy un poco resentido, también. Y en general me gusta el sentido del humor, me divierto si alguien me hace reír, pero no soporto la diversión a costa de la debilidad de otra persona.

¡Has construido una gran familia!

Sí, creo que es el legado de mi padre (risas). Mi esposa, Sema Ergenekon, es la guionista de la serie de Secretos de familia. Nos conocimos en la universidad, estudiábamos lo mismo. Ella estaba en el departamento de Autores, mientras que yo me dedicaba a la actuación. Llevamos juntos 22 años. Tenemos dos chicas y un chico.

¿Cómo compagináis la familia con los intensos horarios de grabación?

Tanto Sema como yo trabajamos muy duro, y a veces es difícil encontrar tiempo para los chicos, pero intentamos pasar tiempo de calidad con ellos. Los días son agotadores. Trabajamos entre 8 y 12 horas.

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¿Qué te dice la gente por la calle?

En general, me hablan con cariño y educación. Creo que el propio personaje que interpreto genera simpatía, y yo también le pongo siempre una actitud positiva.

En tu país, eres un reconocido actor con una carrera larga y exitosa. 

No sé si soy tan exitoso, pero lo que está claro es que llevo mucho tiempo trabajando en esto. La productividad es fundamental para esta profesión, hay que trabajar continuamente y ser consciente de ello. Más que hacer balance yo de mi carrera, prefiero que sea la vida la que haga su propio balance. No se me da muy bien eso de hacer un plan y concentrarme en llevarlo a cabo. Lo único que he hecho ha sido dejarme llevar por la vida, y ella me llevó hasta este lugar después de actuar así.

Vienes del mundo del teatro. ¿Qué te interesa más: la televisión, el cine o los escenarios?

Aunque parecen lo mismo, son disciplinas muy diferentes entre sí. El placer que ofrece cada una es distinto. El teatro te da la recompensa al instante. En ese sentido, creo que es más emocionante y atractivo en comparación con series y películas.

En España, te hemos visto en otras series como Kara Sevda y Amor en blanco y negro. ¿Te sientes querido en nuestro país?

Me enorgullece saber que la mayoría de series en las que he actuado se han emitido en España. Sí, recibo mensajes, pero no sé hasta qué punto soy popular allí. De hecho, he estado hace poco en tu país y caminaba por las calles tranquila-mente. Nadie me reconoció.

¿Te escriben desde España?

Veo las opiniones de la audiencia española y me doy cuenta de que nos parecemos mucho los turcos y los españoles. Somos ambas sociedades emocionales, por eso se da valor al amor, la familia y la amistad, y esas escenas se aprecian mucho en España también. Y quiero aprovechar la entrevista para mandar mucho cariño para todos los españoles de sus hermanos turcos.

¿Qué haces con tu familia cuando tienes tiempo para estar con ellos?

Intentamos hablar mucho en familia y, cuando tenemos dos o tres días seguidos de tiempo libre, nos vamos jun-tos a algún sitio. Por ejemplo, del 15 al 17 de noviembre estuvimos en Barcelona y pasamos dos días fabulosos. También tuvimos un pequeño altercado y estoy muy agradecido a la policía española por cómo nos trató. Resulta que sufrimos un pequeño robo, nos quitaron el bolso mientras estábamos en un restaurante. De repente, un caballero muy educado apareció mientras estábamos buscando el bolso y me preguntó: ¿Es usted Ugur Arslan? Le dije que sí y me respondió que era policía y que había encontrado el bolso. No me lo podía creer. Se llamaba Juan, era muy amable y tenía buen humor, quiero darle las gracias una vez más.

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¿Cómo son tus hijos?

Nuestros tres hijos son muy distintos entre sí. La mayor es seria, prudente y realista. Sin embargo, la mediana Alya, no tiene nada que ver: vive en un magnífico mundo de fantasía y es muy divertida. Y nuestro hijo Sems es todo carisma y es más cuadriculado. Nosotros intentamos enseñarles a ser compasivos y tener escrúpulos. No queremos que su prioridad sea la riqueza económica. Queremos que amen incondicionalmente a todos los seres vivos y que sean respetuosos con todo el mundo.

Y tu esposa, ¿cómo es?

Es una persona de gran corazón, comprensiva, compasiva y justa. Me fascinó en cuanto la vi por primera vez, en la universidad. Tuve que correr un tiempo detrás de ella, pero al final gané (risas).

¿Qué objetivos te marcas?

Nunca me he marcado ninguno en mi vida. El futuro para mí no vale más que mi presente. No está bajo tu control. Yo no he buscado ser un actor importante, todo lo que me ha llegado es un regalo para mí, y lo que he hecho ha sido aprender a vivir con ello. Acabaré con una expresión: “El ayer ya pasó, el mañana aún no lo hemos experimentado, pero el hoy es una felicidad que se nos regala”.