Eurovisión 2022 ha dejado un sabor agridulce en España y es que tenemos un cierto sentimiento de desencanto al ver cómo la actualidad política pesó más que el espectáculo sobre el escenario a la hora de elegir el ganador del Festival más importante del mundo. España se conformó con un tercer puesto con la impresionante actuación de Chanel, la mejor posición en cuatro décadas, pero estuvo a punto de acariciar el triunfo al descubrirse irregularidades en ciertos países, lo que podría haberle supuesto la segunda posición por delante de Reino Unido, pero también podría haber estado en primera posición, de no haberse iniciado la guerra de Rusia contra Ucrania. La sociedad europea ha querido respaldar a Ucrania en su batalla dándole el triunfo en el Festival de Eurovisión el pasado 14 de mayo, celebrado en la ciudad italiana de Turín.

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El grupo Kalush Orchestra fue el encargado de representar a Ucrania en Eurovisión y se proclamó vencedor del certamen haciendo historia al alcanzar la votación más alta jamás registrada, con 631 votos. Con ello, no solo se llevaban el cariño y el respaldo de Europa, también el reconocimiento a su buen hacer, la opción de poder organizar el próximo Festival en su territorio y, por supuesto, también el ansiado premio del micrófono de cristal que alzaron desde el escenario del Palaolimpic de Turín. Un galardón que ahora ha salido a la venta, dado que los representantes de Ucrania han entendido que es más útil sacarle un rendimiento económico a la estatuilla para financiar la guerra y plantar cara al ejército de Rusia con cualquier recurso que tengan a su alcance.Aprovechando el ruido generado al ganar el Festival de Eurovisión 2022, Kalush Orchestra ha querido poner a la venta su micrófono de cristal para que los eurofans puedan tener acceso a él y poder comprar armas y drones con las que vencer a Rusia. Una venta que se realizó a través de una subasta que tenía como fecha límite el pasado 29 de mayo y que ahora se acaba de conocer el resultado final. Las pujas se cerraron con un vencedor, el que había decidido quedarse con el premio de Eurovisión a cambio de 900.000 dólares. Una cifra boyante que, sin embargo, les ha sabido a poco, pues tenían fijado el deseo de alcanzar el millón de dólares.

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“¡Amigos, sois increíbles! Estamos agradecidos con cada uno de los que habéis donado dinero en esta subasta, y especialmente con el equipo de Whitebit, quienes compraron el trofeo por 900.000 dólares que los ha convertido en dueños. Suscribíos a su canal, se lo merecen”, escribía el grupo Kalush Orchestra para informar que el premio de Eurovisión del micrófono de cristal ya tiene nuevo propietario y agradecer el apoyo mostrado por miles de personas que pujaron para hacerse con el preciado galardón y, de paso, ayudar a financiar la defensa de Ucrania ante la invasión rusa con la compra de armamento y drones con los que defenderse.Pero desde el Festival de Eurovisión han tenido un gesto muy aplaudido en las redes sociales y es que, para que Kalush Orchestra no se quede sin el galardón que reconoce su triunfo en Turín, han decidido encargar una nueva estatuilla para que no se queden sin él. Es decir, no solo respaldan que hayan subastado su premio, sino que una vez realizado les van a ofrecer una réplica del mismo para que no se queden sin él.

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Por el momento hay cierta incertidumbre sobre dónde se celebrará el próximo Festival de Eurovisión 2023. Tras el triunfo de Ucrania, la idea principal es que el país sea el anfitrión que acoja la próxima convocatoria, pero con el ejército ruso destruyendo cada uno de sus edificios -y miles de familias- hay ya muchos países que se han ofrecido a ayudarles a organizar el certamen -también España- y, llegado el caso, ofrecer sus países como enclave donde poder celebrarlo sin riesgos. Pero desde Ucrania están convencidos en que podrán sacarlo adelante sin mayores problemas: “Haremos todo lo posible por organizar Eurovisión 2023 en una nueva Ucrania en paz”, decía el portavoz de la banda, repitiendo las mismas palabras pronunciadas por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que también ansía poder recuperar la normalidad y así poder tener el próximo festival dentro de sus fronteras en una Ucrania en reconstrucción.