Terelu Campos, una de las presentadoras de 'Sálvame', se despedía en directo de este programa. Para la hija de María Teresa Campos supondrá un antes y un después en su vida profesional y personal. Volvía a ponerse al frente de un formato con su llegada a La Fábrica de la Tele. Una decisión que le costó más de lo que ella se imaginó en un primer momento. Los contenidos que se emitían para Telecinco no eran del agrado de muchos de su círculo más cercano, que terminaron por alejarse del todo.

Terelu y Adela en el plató de 'Sálvame'
Terelu se puso al frente del último programa de 'Sálvame'. Foto: Telecinco (Sálvame)

Recuerda cómo, al tomar la decisión, otros dieron un paso en otra dirección totalmente inesperado. "Me siento muy orgullosa de pertenecer a este equipo aunque mucha gente se haya ido de mi lado por estar aquí", reconocía ante las cámaras. Con el tiempo supo sobreponerse a lo que estaba sucediendo por simplemente decidir trabajar y asumió que no podía cambiarlo. "Adiós a los que se fueron y gracias a los que se quedaron", le dedicó a todos ellos.

El reto de 'Sálvame' y lo que supuso para Terelu Campos

Para Terelu Campos, 'Sálvame' era todo un reto y son tantos los momentos que recuerda. El que todavía le duele es el primer programa que presentó con peluca. Al diagnosticarle cáncer y volver a pasar por todo un tratamiento oncológico, se deshizo de su cabello tras ver cómo se caía. "Ese día me la puse y no quería ni hablar. Me daba mucha inseguridad", desvela. Tuvo que parar, incluso, por su propia salud. "Quisieron escenificarlo de una manera, en la que participé y se pensó que abandonaba la televisión. Dijeron una frase de que 'si ha habido un entierro, tiene que haber un muerto' televisivo y ese era yo".

Terelu muestra en 'Sálvame' una cinta del programa
Terelu Campos explicó en 'Sálvame' qué harían con sus secretos. Foto: Mediaset (Sálvame)

Fue justo después cuando se presentaba uno de los desafíos de su vida. El paso por todo el programa le ha supuesto un aprendizaje que nunca ha parado desde que pasó de la silla de invitados al centro del plató. "Me ha enseñado a relajarme, no solo de la profesión, sino de la propia vida", recuerda.