Santi Millán se convertía en el protagonista indiscutible del inicio del verano 2022. Era en junio de ese mismo año cuando se filtraba un vídeo íntimo del maestro de ceremonias de ‘Got Talent’. Un clip que corrió como la espuma en redes sociales y en el que el protagonista aparecía practicando sexo con una mujer anónima que nada tenía que ver con su esposa. Ahora, casi dos años después de lo sucedido, el presentador ha logrado retomar poco a poco su normalidad y está a punto de sentarse en 'Martínez y hermanos'.
Aunque ha pasado mucho tiempo desde que tuvo lugar la polémica, se espera que Dani Martínez saque el tema en su programa. El vídeo mencionado corrió como la espuma en redes sociales y puso a Santi Millán en un verdadero aprieto. Aún así, ha sabido poco a poco salir del bache con el apoyo de sus seres queridos e incluso se le ha podido ver con total normalidad en programas como ‘Got Talent’, del que es maestro de ceremonias.
El presentador, muy dolido por lo sucedido y por los "comentarios" ajenos
Como no podía ser de otra manera, en ocasiones a Santi Millán no le ha quedado más remedio que hacer referencia a su polémico vídeo sexual y a cómo vivió ese complicado momento: “Lo que más me dolía era la exposición, sobre todo de la otra persona y del entorno familiar”, ha comenzado explicando, dejando entrever que fue todo un escándalo por el que su intimidad y la de la otra persona estuvo en jaque durante semanas.
En su reciente charla para ‘La Vanguardia’, el humorista aclaraba que lo que más le molestó no fue la filtración en sí, sino los comentarios de algunas personas que desconocían su situación sentimental: “El problema es cuando entramos en los juicios de valor sin conocer la realidad, el porqué, el cuánto… No conocen nada y valoran desde su situación personal sin conocer cuál es la otra. Entonces yo creo que ese es el error, culpabilizar, acusar o señalar. Yo creo que ahí es donde deberíamos ser un poco más prudentes”, ha reflexionado.
Aún así, Santi comprendía “que la gente lo comentase” y haber sido objeto de ciertas bromas: “Incluso había cosas que realmente encontraba muy ingeniosas y que me hacían mucha gracia. Al final es saludable poder hacer humor de las cosas”, reconocía, quitando hierro al asunto y demostrando que se trata de algo que queda anclado en el pasado, aunque aún la Justicia trabaja en ello.
Ahora, tanto a Millán como a la protagonista del clip tan solo les queda esperar a que se celebre un juicio en el que se condene a las personas que hackearon su teléfono y a las que difundieron el contenido: “Lo único bueno que puedo decir es que se consiguió identificar a los culpables (…) Ya están localizadas las personas que lo filtraron, sobre todo la persona que lo publicó en redes, pero ahora está el ejercicio de que Twitter conceda el permiso para identificarlo personalmente. Es un proceso largo, pero bueno, tampoco tengo prisa”, ha zanjado para el medio citado.
Su esposa, el gran apoyo de Santi Millán pese a las circunstancias
Lo que está claro es que, incluso pese al paso del tiempo, la publicación de este vídeo marcaba un antes y un después en la rutina habitual del de Barcelona. Su relación extramatrimonial fue puesta en el ojo del huracán pese a que su esposa, Rosa Olucha, salió en defensa de su marido públicamente: “Para los que no lo sepan, y ya lo siento, existen muchos tipos de familia. En la nuestra, la libertad, el respeto y la tolerancia son los pilares sobre los que hemos construido este proyecto”, escribía en sus redes sociales con el objetivo de ayudar a su marido a sobrellevar este bache de la manera más liviana posible.
Dado el escándalo que supuso lo sucedido, Santi ha optado por permanecer en un discreto segundo plano en lo que a su vida privada se refiere. El humorista no ha vuelto a ser objeto de ninguna polémica desde entonces y ha sabido salvaguardar su intimidad para evitar que se vuelva a hablar negativamente sobre el asunto. Si algo tiene claro el actor, es que está dispuesto a llegar hasta el final sobre el asunto para saber quiénes fueron los culpables de la filtración, y que paguen por ello. Pero lo cierto es que por ahora, tendrá que esperar a que se celebre el juicio que tenga la última palabra.