"Llevo 23 años en televisión y nadie sabe cuál es mi vida. Todo el mundo se cree que he sido una niña pija. Quizá va a ser un poco duro y nunca lo habéis oído de mí". Así comenzaba Marta López (50 años) su curva de la vida en 'GH Dúo', programa en el que sigue concursando. La colaboradora de televisión no ha podido reprimir las lágrimas al recordar ciertos aspectos de su vida que fueron realmente duros. Y es que ha reconocido entre lágrimas que sufrió maltrato.
Marta López confiesa que sufrió maltratos cuando era joven
Aunque nació en Zamora, Marta López se fue a vivir con su familia a Tenerife: "Allí me eché mi primer novio, del que habla entre lágrimas: "Mi primer amor fueron maltratos continuamente, de pegarme palizas. Hasta que un día el seguridad del hotel me encontró debajo de un baño con la cara llena de sangre", ha empezado diciendo Marta con tristeza.
En ese momento no reconoció que se trataba de maltrato: "Eran cosas como que daba vergüenza decirlas. En aquel entonces yo pensaba que me quería muchísimo y por eso hacía esas cosas. Me fui de Tenerife huyendo de él. Me vine a Madrid destrozada. Pasé un año y pico fatal", ha continuado. Y esto le llevó a tomar una drástica decisión: "Me apunté al casting de 'Gran Hermano' y aquí estoy 23 años después".
La televisión le ayudó a tener una vida nueva
Marta López encontró en la televisión una vida nueva, siendo consciente de que esto le ha permitido saber que no hay que avergonzarse por haber sufrido maltrato: "Han sido de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Me han dado la oportunidad de descubrir un mundo nuevo. La televisión me ha hecho entender que las personas que han pasado maltratos, abusos... no tenemos que avergonzarnos".
Estas confesiones las ha hecho sin llorar, algo que ella creeo que podría haber llamado la atención: "A lo mejor os sorprende que no me emocione, que no llore. Yo es que ya lo he llorado todo", reconoce la colaboradora de televisión.
La colaboradora no ha podido reprimir las lágrimas
La que fuera concursante de una de las ediciones de 'Gran Hermano' ha estado escuchando la curva de su vida junto a Ana María Aldón (46 años), que ha ejercido de apoyo para ella. Y es que Marta López no ha podido reprimir las lágrimas al recordar todo lo que ha vivido: "Yo no soy ejemplo de nada. Solo se conoce la Marta dura, pero yo ahora me siento libre de culpa", ha reconocido.
"Me he avergonzado toda la vida. He decidido compartirlo porque puedo ayudar de alguna forma. Pero lo que he querido transmitir es que aunque hayan pasado cosas horribles, yo he podido tener una vida normal. He sabido colocarlo, pero es muy difícil colocarlo. Ahora no me siento muy bien. Yo he sido una persona feliz y entré aquí con ningún tipo de carga", ha terminado diciendo.
Una boda, una separación y su huida a Madrid
Marta López no solo ha hablado de este episodio tan trágico que sin duda, marcó su vida. Y es que ha recordado también cómo vivió los años posteriores a su paso por 'Gran Hermano'. "Cuando salgo del programa conozco a mi marido en uno de los locales que yo tenía. Me casé, tuve a mi hijo Jorge y a mi hijo Teyo que junto con Javier, es lo más grande que tengo en mi vida. Después de tener a Teyo me separo, tengo un bajón. Me sentía culpable porque la que se quería separar era yo".
Pero de repente su vida dio un giro radical. No solo se separó de su marido, también pasó por problemas económicos: "Vino la crisis, me arruiné. Llegó el momento que me tuve que armar de valor. Me cogí a mis hijos y con mis deudas, me vine a Madrid. Hubo unos años que lo pasé fatal, me acuerdo que no podía ni encender la calefacción. Durante esta etapa también experimenté un maltrato psicológico. Un machaque no sabéis hasta qué nivel. Me da tanta rabia no haberme dado cuenta de todo esto antes y no haberle puesto nombre... Si me pasa esto ahora, no se queda aquí", dice en relación al maltrato que sufrió.
Marta lo ha pasado muy mal, pero lo cierto es que ha preferido contarlo para ayudar a personas que puedan estar pasando por lo mismo: "Todas estas cosas que he vivido las tengo almacenadas en un ladito, pero no impiden hacer mi vida. No voy a cometer los mismos errores que cometí, no voy a consentir cosas que consentí. Quiero vivir la vida".