Fue a principios del pasado mes de octubre cuando se supo que Gloria Camila tenía preparada una estrategia para frenar a su hermana en su afán por revelar nuevos datos sobre la vida de su madre. La hija de Rocío Jurado ha demandado a su hermana, Rocío Carrasco, para evitar que el diario de la cantante vea la luz. Cansada de los duros testimonios que ha vertido Rocío en su documental, ha tomado un importante paso para evitar que toda España conozca nueva -y privada- información sobre su progenitora.
Decidida a poner límites al relato de su hermana sobre la historia familia, la joven ha presentado una demanda con diligencias preliminares de exhibición de los documentos privados y personales de la Chipionera. El día 15 de octubre, esta última tendrá que acudir a una citación con el juez para presentar dichos documentos. Es una cuestión por la que se le ha preguntado este lunes, y a la que ha preferido no dar respuesta.
Y es que son momentos especialmente delicados para el clan. Desde que arrancara la emisión de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', los familiares directos de Rocío Carrasco se han visto implicados en narraciones que han levantado ampollas y que han causado mucho dolor entre los suyos.
Son muchos los interrogantes pendientes sobre lo que contará Carrasco en la segunda parte de su serie, que llevará por título: 'En el nombre de Rocío'. Por ello, para evitar sorpresas, Gloria Camila ha actuado de manera directa en los tribunales. Con su decisión de interponer una demanda a su hermana, esta y La Fábrica de la Tele y Mediaset deberán comparecer en el Juzgado de Alcobendas el día anteriormente mencionado.
Entonces, Carrasco, así como representantes de la productora y de la cadena tendrán que presentar todos los documentos privados a los que han tenido acceso. El juez ha accedido a la petición de Gloria Camila, quien cree que estos documentos no forman parte de ninguna herencia. Cree más bien que Rocío se apoderó de ellos tras la muerte de su madre sin contar con el permiso de nadie más, lo que demostraría que no son de su propiedda.
Carrasco podría oponerse a estas diligencias si aportara razones justificadas. Si esto sucediera podría darse la circunstancia de que las dos hijas de la tonadillera se vieran las caras en una vista. La guerra está servida y, una vez más, las palabras de Carrasco prometen hacer la brecha con su familia aún mayor de lo que ya es desde hace años.