Como cada martes, Carlos Sobera se ha puesto al frente de 'Tierra de nadie'. Y, como cada martes, un fuerte temporal ha sacudido los Cayos Cochinos. Ya parece hecho a propósito, y es que ha sido en cada una de las galas que ha conducido Sobera desde Madrid cuando Laura Madrueño y el resto del equipo de 'Supervivientes' han tenido que afrontar las inclemencias del tiempo. Fuertes rachas de viento, lluvias... aspectos que han puesto, cada martes, en riesgo la escaleta del programa. Y si no ha pasado desapercibido para nosotros, imaginaos para el propio Carlos Sobera. “Un nuevo temporal, como cada martes, está azotando los Cayos Cochinos. Vamos a conectar con mi querida Laura Madrueño”, anunciaba desde el plató.

Al otro lado de la pantalla partida, una Laura arropada con un chubasquero y refugiada bajo un paraguas. “Ideal mi paraguas, igual que mi chubasquero”, apuntaba irónica en su conexión. Y entonces lanzaba un inesperado dardazo a su compañero. "Como bien dices, como cada martes te estamos empezando a coger un poquito de manía. Yo creo que hoy va a ser tu último programa porque ha vuelto el temporal. No deja de llover", soltaba en directo, con un tono de humor, claro.

Unas palabras que no pasaban desapercibidas para el presentador, que rápidamente se defendía: "A ver si va a ser culpa mía ahora".

Entre risas, Laura quitaba hierro al asunto y se centraba en explicar cómo estaban viviendo esas últimas horas tan complicadas. "Hemos tenido muchísimas complicaciones para preparar los juegos e imaginaos cómo están los supervivientes. Totalmente agotados, con la playa empapada y el fuerte oleaje. Han venido muy desanimados. Vamos a ver las imágenes de cómo ha empezado este temporal pero también tengo que contaros una cosa muy importante. Nos espera una gala histórica en ‘Supervivientes’ pero también pendientes de Almácor", apuntaba.

Laura Madrueño desde Honduras

Laura Madrueño desde Honduras

T5

Los martes, tormenta en Honduras

Parece que el azar, el destino o una simple casualidad está poniendo a prueba a Carlos Sobera, y es que es precisamente durante sus programas cuando la organización se enfrenta a las adversidades que ponen en jaque la elaboración del programa con normalidad. Ocurrió así en el primer 'Tierra de nadie' de la edición. 

Tanto Carlos Sobera como Laura Madrueño explicaban que el programa se había visto obligado a improvisar toda su escaleta y adaptarse a las circunstancias de la noche. "Estamos viviendo una gala histórica, nunca hasta hoy habíamos tenido la escaleta tan evaporada, nunca nuestros equipos habían estado tan atados de pies y manos como hoy", aseguraba Carlos Sobera, explicando que cada cosa prevista para la gala estaba sujeta al temporal y no podían confirmar ni asegurar nada. "No tengo buenas noticias, el temporal va cada vez a peor, la situación es tan límite que tengo que daros una última hora muy importante... comenzamos, en estos momentos, la evacuación de nuestros supervivientes de las tres playas", anunciaba poco después Madrueño.

Y algo parecido ha ocurrido este martes. La organización había previsto juegos de lo más espectaculares que se mantenían en vilo hasta que cesaran las lluvias. Por suerte, el cielo daba una tregua a los concursantes y lograban lanzarse a la arena para enfrentarse a una nueva prueba de recompensa muy especial: el equipo ganador degustaría unas deliciosas torrijas, propias de la Semana Santa.

Una noche cargada de sorpresas

La tormenta no ha sido la única que ha querido visitar a los supervivientes la noche de este martes... El programa tenía preparadas numerosas sorpresas para sus concursantes. La primera y más esperada, la unificación de los grupos. Los supervivientes conocerían, por fin, a los habitantes de Playa Misterio y desde este martes todos serán un solo equipo.

Manuel, Makoke y Nieves sorprenderán a sus compañeros con su 'existencia' o más bien continuidad en el programa y comenzarán a formar parte de los dos equipos habituales y a concursar en igualdad de condiciones con el resto.

Además, conoceremos la decisión definitiva del equipo médico sobre la continuidad de Almácor tras el accidente que sufrió el pasado domingo y por el que podría tener que abandonar el concurso. 

Y por si fuera poco, el marido de Laura Cuevas sigue en Honduras y ambos van a volver a reencontrarse para enfrentarse al conocido 'puente de las emociones', para así solucionar sus diferencias o, por el contrario, poner fin a su matrimonio para siempre.