Este martes, Imanol Arias ha visitado el plató de 'El Hormiguero' para promocionar su último trabajo, el montaje de “Muerte de un viajante”, obra que podemos ver en el teatro Infanta Isabel de Madrid y en la que trabaja con su hijo, Jon Arias, fruto de su relación con Pastora Vega.
En el plató de Antena 3, el actor se ha mostrado muy sincero sobre las dificultades que ha atravesado en los últimos tiempos. Y es que los últimos cuatro años no han sido fáciles. Trabajo no le ha faltado, pero en el terreno personal le ha tocado sortear importantes contratiempos. El principal de ellos, el juicio que tiene pendiente en la Audiencia Nacional por los supuestos delitos que él y su compañera de 'Cuéntame cómo paso', Ana Duato, cometieron contra la Hacienda Pública. Sobre este asunto se ha mostrado sereno. “No debo nada de dinero. Muy tranquilo, porque alguna vez tendrá que salir. Yo ya tengo mis deudas liquidadas con Hacienda según Hacienda, por tanto no debo nada", decía.
"Me van a castigar como niño malo"
"Solamente me van a castigar como niño malo. No sé si me van a dar con una regla, si me van a pegar un tortazo o me van a meter en la cárcel. No creo, porque parece que no hay materia", añadía. "Pero bueno, estoy esperando tranquilo. El problema es que es muy largo y hasta que no sale todo, la gente siempre tiene la sensación de que algo pasa, de que no está bien, pero no es así”, decía. Es muy largo y hasta que no pase todo".
En su entrevista con Pablo Motos, el actor ha contado también cómo llego a tocar fondo por culpa del estrés y el agotamiento. Fue después de terminar la obra “El coronel no tiene quien le escriba”. Poco después enlazó otro trabajo sobre el escenario. Y el exceso de trabajo lo dejó extenuado. “Peté, estaba muy cansado, no me entraba bien el texto… el personaje es uno de los que reparte juego y había días que me dejaba paralizado", ha relatado.
Ha contado cómo vivió su "pico de estrés"
Su hijo Jon fue testigo de aquellas crisis de ansiedad que aparentaban ser un mero malestar físico: "Se tiró una hora vomitando en el baño y yo con él", ha recordado. "Estaba muy cansado y no lo vi", destacaba el artista. "Le dije al médico como bien, duermo bien... pero sueño con miedo". Una de sus pesadillas era que se quedaba en blanco sobre el escenario y al darse la vuelta "estaba el teatro repetido". Entonces, su médico tuvo claro el diagnóstico. "Eso es un pico de estrés", le dijo. "Deje de hacer el payaso. No es usted único. Te estás quedando en nada. ¡Descansa, hombre!".
A todo esto se suma su separación de Irene Meritxell, anunciada por SEMANA el pasado mes de mayo. El actor y la diseñadora han decidido tomar caminos diferentes. Al final, un cóctel de emociones intensas que le han pasado factura. Y que a sus 65 años ha sobrellevado de manera estoica, aunque por el camino haya perdido alguna vez los nervios...