Este lunes, Gustavo González ha vuelto al trabajo. Apenas han pasado dos días desde la muerte de su padre, fallecido el pasado viernes a los 93 años. El reportero anunció su muerte en las redes sociales, con una tierna imagen de su mano agarrada a la de su progenitor. «Esta noche tuve el place de acompañar a mi padre en el último tramo de su vida. A las 5.30 de la madrugada agarrado de mi mano, se fue. Me dejó tranquilo que se fuera sin sufrimiento», contaba. Aún afectado por su pérdida, el colaborador ha compartido con sus compañeros cómo se encuentra.
"Duermo bastante mal"
"Me encantó acompañar a mi madre en ese último tramo de su existencia. Es verdad que en ese momento todo es tranquilo, pero luego viene esa parte menos grata, que es la de preparar los papeles, el entierro... Llevo un par de días que duermo bastante mal, pero estoy tranquilo", decía. "Todos los hijos fueron y casi todos los nietos, pero estuvimos a punto de hacer la misa fuera de la iglesia".
El reportero ha explicado que entiende bien el dolor de María del Monte, que acaba de despedirse de su madre, Bibiana, a los 96 años. Un duro golpe que ha tenido que afrontar apenas unos meses después de haber perdido a dos de sus hermanos. En la mesa de debate de 'Sálvame' comentaban que la cantante y su familia decidieron ocultar a la matriarca que dos de sus hijos habían fallecido para evitar derrumbarla anímicamente. Es una situación que también ha vivido Gustavo González. Y es que su hermano falleció mientras su padre estaba enfermo.
"Era un hombre que había vivido mucho y bien. Todos los años de su vida trabajando. Se ha visto muy arropado pos sus hijos y sus nietos", ha detallado. En el caso de su familia, tanto él como sus seres queridos sí decidieron hablarle de la triste desaparición de su hermano. Pero fue una decisión que ahora considera errónea: "La muerte de mi hermano lo destrozó".
"Tenía un deterioro cognitivo bastante avanzado, pero optamos por decírselo y la verdad es que se sumió en la más profunda tristeza", admitía. "Había tenido problemas que no vienen al caso y él quería estar cerca de mi madre, de donde estaba enterrada mi madre. Los primeros años que estuvo en la residencia estuvo feliz".
«Él tenía un padre alcohólico y con ocho años ya tuvo que trabajar. Fue un hombre que se perdió su infancia y también disfrutar de la infancia de sus hijos, pero no de sus nietos. Ha sido un abuelo maravilloso, pero también un buen padre. Yo vengo de una familia muy humilde, tengo nueve hermanos y mi padre trabajó de sol a sol. No pudo disfrutar de sus hijos como padre. No tengo nada que reprocharle y así se lo he dicho», recordaba días atrás.