No puedo creer que esta noche sea la gran final de GH VIP 7, y que todo haya llegado a su fin. Cada edición me ocurre lo mismo, me pongo triste y nostálgica, el motivo puede que sea que Gran Hermano cambió mi vida o que ningún otro programa me remueve tanto, como si de una terapia se tratase.
Empatizo con estos concursantes de un modo inexplicable para mí, hace temblar mis ideas más fijas y mis opiniones más argumentadas. Siempre logra cambiarme, sorprenderme y darme cuenta de que al final no se nada sobre realities.
Ya han pasado tres meses desde que comenzó esta disparatada edición, cargada de galas irrepetibles con audiencias estratosféricas. Hemos vivido amistades inesperadas, amores secretos, discusiones interminables, y lazos irrompibles; vamos, que como diría Julia Roberts “por poco me meo de gusto en las bragas.”
Como mi memoria es la de un pez, me gustaría hacer un repaso del recorrido de nuestras tres finalistas por el concurso.
Empezaremos por Alba, por la que nadie daba un duro, puesto que ha abandonado casi todos los programas por donde ha pasado, y sorprendentemente nos dado un punto en la boca a quienes desconfiábamos de ella.
La Carrillo comenzó el reality boicoteando con sus amigos todas las fiestas, no olvidemos que en una ocasión llegó a advertirle a Dinio que pensara en su familia antes de divertirse, puesto que podría avergonzarles. ¿Qué más quieren ellos que verle reír? Es la maestra de la manipulación, hace malabares con los hechos para mostrarse como la mejor de las personas, cuando en realidad, en ocasiones, es todo lo contrario.
También me gustaría destacar los argumentos sucios y humillantes que ha utilizado en sus enfrentamientos en la casa, recordad cómo se puso ante la sola mención de su exmarido Feliciano , cuando minutos antes ella había cantado todo el repertorio de Marta Sánchez, con la intención de provocar la ira de su compañero Hugo Castejón.
Otro momento bochornoso de Alba fue el encontronazo que tuvo con el concursante agazapado (en lo que por cierto le doy la razón) por compararla con Hugo, en el que no dudó atacar a Antonio David con una de las frases más rastreras de toda la edición: “Cuidadito conmigo, que yo no tengo ninguna denuncia por agresivo.”
Tampoco olvidemos las perlitas que le soltó a Gianmarco por acercarse a Adara: “No te vas a subir a mi carro, no te voy a dar pábulo para que te quedes en España hablando de mí, cuando salgas del concurso vuelve a tu país” o la de “vete a hacerte una pajilla a la ducha, porque yo no sé si cada vez que me siente en el váter voy a quedarme embarazada.”
Con Adara no ha sido más respetuosa, recordemos cuando Alba dijo de ella que es una “chonaca” y que los tíos con los que ella ha estado no se fijarían en Adara ni pidiendo. Como si cualquiera estuviera interesada en ellos. No cariño, a muchas mujeres no nos interesan tus exparejas.
También se me viene a la cabeza la actitud que tuvo con su amiga Irene, que por falta de autoestima necesitaba su aprobación constante para sentirse integrada, situación que Alba aprovechó para ningunearla sin la más mínima empatía.
La conclusión que yo saco de todas esas situaciones es que Alba se enfrenta de manera muy diferente a las personas que, según su baremo personal, son más débiles. Mirad el silencio que utilizó con Belén Esteban tras leer su tuit, y el tono con el que respondió en el último debate a Miguel Frigenti.
No olvidemos que el colaborador ha escuchado todo tipo de comentarios sobre su familia, inseguridades físicas e incluso profesionalidad por parte de la concursante durante todo el reality.
Alba, tu cambio de actitud en el concurso tras la regañina de Jorge (Que esa es otra, se ha pasado medio concurso viéndolas venir) ha sido muy positivo, pero no lo suficiente como para olvidar tu clasismo y tu cobardía durante los primeros meses de la edición. Reconozco que sus últimas semanas he podido ver en ella a una mujer divertida, disfrutona y sensible, pero creo que como diría la exsuegra de Mr Flores: “Ahora es tarde, señora”
Recordemos ahora el paso de Mila por el concurso.
Mila comenzó su andadura por GH VIP muy arropada por sus compañeros, que no dudaban en defenderla ante el más mínimo ataque de cualquiera, convirtiéndola así en la “oveja reina” del reality, hasta que Kiko Jiménez, quien había sido uno de sus aliados, decidió ponerla en la palestra con el silencio cómplice del Cejas.
Ahí se cayó del guindo y comprobó que de reina tenía bien poco, y comenzó a dudar de la supuesta lealtad que le habían profesado hasta entonces el resto de concursantes. Es más, recordad el mosqueo que se pilló con el maestro Joao cuando vio que pasaba más tiempo con Adara que con ella y le llamó “perrito faldero”.
¿Perdona? ¡Pero si tú has tenido a una jauría completa a tus pies! Noemí, Antonio David, Irene, Cejas y Anabel Pantoja han estado pegados a ella desde el principio, hasta tal punto que se ha sentido con el derecho de insultar y faltar al respeto a diestro y siniestro cada vez que le ha venido en gana.
Eso sí, a ella en cuanto le elevan el tono de voz le falta tiempo para pedir respeto. La ley del embudo, como diría mi madre: “para mí lo ancho, para ti lo agudo”.
Me niego a no mencionar las tres ocasiones en las que la colaboradora ha querido verter la sombra de la agresión durante el concurso. La primera fue cuando se cruzó con Kiko Jiménez por la casa y este llevaba una aspiradora cuyo tubo rozó a Mila en el brazo.
La segunda cuando Hugo golpeó una bolsa de hielos en la encimera para separarlos y servirse una copa. Y la tercera cuando una pelota de golf le rozó un pie, haciendo de ello un teatro muy poco creíble. Si eso no es juego sucio, yo soy rubia natural.
No ha sido hasta que sus apoyos y enemigos han ido saliendo expulsados, cuando hemos podido ver a una Mila más calmada, serena, natural, y entregada a vivir la experiencia, no sin antes dedicar unos tiritos a la que hasta ahora era su amiga Alba.
Ha sido un verdadero gusto verla evolucionar, pero la evolución ha sido demasiado lenta y sobre todo tardía.
A Adara la recordaré como la estrella indiscutible de esta edición. Los concursantes una vez expulsados siempre se quejan de la poca relevancia que han tenido en los videos, con respecto a otros compañeros, y eso aunque no lo creáis, no lo marca quienes hacen el programa, si no el ritmo de la casa y sobre todo sus protagonistas, como es el caso de Adara que ha dado tanto contenido que todas las galas se han centrado en ella.
La recuerdo riendo tanto que molestaban hasta sus carcajadas, la noche de las uvas ha quedado grabada en mi memoria. Siempre se reveló ante las injusticias, incluso las dirigidas a personas que la nominaban cada semana. Como Estela, cuando sus “pijitanas” criticaban su relación con Kiko o de Mila, cuando fue nominada por sus compañeros.
Señores y señoras, cuando tus principios están por encima de tus intereses, es que eres de corazón blanco, como decía una amiga mía, y lo tienes todo muy grande. Si aun sabiendo que te van caer lanzas por todos lados, te pintas la cara de azul, coges tus armas y gritas “¡Libertad!”, eres una valiente.
Sus confesiones con Joao, eran oro, y el hecho de no compartirlo con la audiencia no le resta ni un ápice de credibilidad, ¿acaso las otras finalistas han compartido algo que no sean quejas, insultos e intentos de abandono?
Adara nunca pretendió ser ejemplo de nada, y los espectadores tampoco buscamos una representación de Miss Comportamiento Ideal, es un reality que tan sólo intenta entretenernos en el más amplio sentido de la palabra. ¿Podéis decirme quién os ha interesado más en cada gala? ¿De quién habéis hablado más con vuestras amigas y familia, si no es de ella? ¿En los descansos del trabajo no habéis comentado lo fuerte que está siendo su concurso?
Cuando no te importa la opinión ajena, o si tus actos obtendrán la aprobación del público, si no que apuestas por tu felicidad, estás siendo honesta. ¿Quién pondría en juego su familia por amor? Sólo quien ha sentido el temor de perderlo todo por algo intangible, inestable y tan grande que puede destruirte en cuestión de segundos, es capaz de dar un paso al frente bajo el mantra de La Cenicienta: “Una vida sin amor, no es una vida en absoluto.”
Hay personas que saben elegir el compañero perfecto de vida a la primera, que no temen comprometerse, porque siguen creciendo y evolucionando al mismo ritmo y en la misma dirección que su pareja. ¡Qué suerte y fuerte vivir algo así!
Pero hay otras muy distintas, las se quedan con los mejores recuerdos de su relación, pero no viven de ellos eternamente cuando las cosas se tuercen. No permanecen juntos por las ataduras, las responsabilidades o las tradiciones. Quizás como dicen muchos, la vida no es una película romántica ni vivimos en las nubes, pero ¿Por qué tengo que vivir sin salirme de lo establecido? ¿Por qué necesito el beneplácito de la sociedad para ser feliz? ¿Por qué no puedo equivocarme, aprender y vivir lo que me salga del moño? ¿Por qué hay que pedir permiso hasta para toser en este mundo? ¿Por qué no puedo vivir mi fantasía como a mí me dé la gana que para eso me la he inventado yo? ¿Quienes somos para dar lecciones de vida o amor a nadie? Estamos en continuo aprendizaje, y si no hay ensayos y errores, no hay grandes resultados.
Pasamos la vida buscando a una persona que nos remueva los cimientos, nos mire con deseo, nos bese con pasión haciendo tambalear un suelo lleno de clasismos, tradiciones, inseguridades y miedos; y cuando la encontramos sale a pasear una manifestación de amargados, sabelotodos y pelmazos que no dejan de cuestionar hasta los orgasmos del vecino.
¡Hay que follar más y joder menos! (o por lo menos dejar que otros lo hagan).
Adara Ganadora.
Hasta siempre y gracias por acompañarme semana tras semana.